La compañía operadora de las centrales nucleares ucranianas, Energoatom, denunció este martes un ciberataque “sin precedentes” contra su página web, aunque aseguró que su funcionamiento no sufrió ninguna perturbación “considerable”.
“El 16 de agosto de 2022 se produjo el ciberataque más potente desde el inicio de la invasión rusa contra el portal de Energoatom”, indicó la empresa estatal en Telegram. “El ataque provino del territorio ruso”, agregó.
El grupo ruso “Ciberejército popular” utilizó 7,25 millones de robots internet que atacaron el sitio de Energoatom, aseguró la empresa ucraniana. Añadió que esta tentativa de pirateo “no tuvo impacto considerable en el trabajo del sitio de Energoatom”.
El “Ciberejército popular” ruso pidió al mediodía en Telegram atacar el sitio de Energoatom. En la noche anunció un “cambio”, que proponía como objetivo el Instituto Ucraniano de Memoria Nacional.
Estos ataques ocurren en plena tensión en torno a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, situada en el sur del país y ocupada por las tropas rusas desde marzo.
Varios bombardeos, de los que se acusan mutuamente Rusia y Ucrania, tuvieron como objetivo esta instalación, la más grande de Europa, lo que hace temer una catástrofe nuclear.
Ucrania tiene cuatro centrales nucleares que suministraban antes de la invasión la mitad de la producción eléctrica de ese vasto país.
Cuando era república soviética, Ucrania fue escenario de la peor catástrofe nuclear de la historia en 1986, cuando un reactor de su central de Chernóbil (norte) explotó, contaminando una parte de Europa.
Ucrania cerró el último reactor operativo de Chernóbil en 2000.
Tras el inicio de la invasión en febrero, las tropas rusas se apoderaron durante varias semanas de esta instalación y de la zona muy contaminada que la rodea en un radio de 30 kilómetros.
Los técnicos ucranianos de la central nuclear controlada por Rusia trabajan bajo los cañones de los soldados y enfrentan una gran presión, pero se han mantenido en sus puestos para asegurarse de que no se produzca una catástrofe como la de Chernóbil, aseguró uno de ellos.
El técnico, que pidió que no se revelara su identidad por temor a represalias rusas, ofreció una inusual visión de las tensas condiciones de trabajo en la planta de Zaporiyia, que Moscú y Kiev se acusan mutuamente de bombardear.
La mayor central nuclear de Europa fue capturada por Rusia en marzo. El técnico dijo a la agencia Reuters que muchos trabajadores habían enviado a sus familias fuera de la ciudad de Energodar, donde se encuentra la planta, pero que ellos se habían quedado para garantizar su funcionamiento seguro.
“Los empleados entienden que tienen que sacar a sus familias, pero ellos vuelven. Tienen que trabajar por la posibilidad de que se produzca una gran catástrofe como la de Chernóbil en 1986 y eso sería mucho peor”, dijo el técnico.
Los soldados rusos fuertemente armados están por todas partes en el emplazamiento, lo que ya es muy inquietante, y los vehículos blindados de transporte de personal tienen sus cañones apuntando a la entrada cuando ingresan los trabajadores, añadió, antes de comentar que el Ejército a veces no permite a los trabajadores volver a casa inmediatamente después de sus turnos.
“Encuentran una razón para no dejar salir (a los empleados): bombardeos, o se les ocurre otra cosa”, indicó. Y agregó: “Se pasean constantemente por las instalaciones con armas. Es muy duro cuando entras en la planta y ves a esta gente y tienes que estar allí, es muy agotador mental y psicológicamente”.
El Ministerio de Defensa ruso no respondió a una solicitud de comentarios.
Uno de los temores constantes es que se corten las líneas eléctricas de la central, ya que las bombas que enfrían el núcleo del reactor y las piscinas de combustible gastado necesitan electricidad para funcionar, dijo el técnico. Hay una estación eléctrica de reserva que funciona con gasóleo, pero el técnico dijo que no sabía cuánto gasóleo quedaba en el emplazamiento.
La ciudad de Energodar tenía una población de más de 50.000 habitantes antes de la guerra. El alcalde de la ciudad, Dmytro Orlov, dijo a Reuters que quedan unas 25.000 personas.
Alrededor de 1.000 empleados de la central habían abandonado la ciudad en julio, según el portavoz de Energoatom, Leonid Oliynyk, quien añadió que no tenía datos sobre sus familiares.
Aunque actualmente sólo funcionan dos de los seis reactores, el personal aún tiene que realizar una gran cantidad de tareas de seguridad importantes, dijo el técnico. Cuatro de los seis reactores de la central no funcionan a su capacidad normal, pero siguen necesitando un mantenimiento adecuado, aseguró.
“El personal ha vuelto para mantener el control porque está en juego la seguridad de Ucrania y la de todo el continente europeo y el mundo”, concluyó el técnico.
Con información de AFP y Reuters
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