La ONG Human Right Watch (HRW) ha señalado este jueves que los talibán han incumplido multitud promesas de respetar los Derechos Humanos y los derechos de las mujeres desde que tomaron el poder hace un año.
Desde que los talibán capturaron Kabul el 15 de agosto de 2021, estos han impuesto restricciones severas a los derechos de las mujeres y las niñas, han reprimido medios de comunicación y han detenido arbitrariamente, torturado y ejecutado sumariamente a críticos y opositores, según ha detallado la organización.
“Los abusos contra los Derechos Humanos de los talibán han provocado una condena generalizada y han puesto en peligro los esfuerzos internacionales para abordar la grave situación humanitaria del país”, ha señalado Human Rights Watch en un comunicado.
La evolución negativa de la economía ha provocado, según la ONG, que más del 90 por ciento de los afganos se encuentren en situación de inseguridad, lo que ha provocado que millones de niños sufran desnutrición aguda y amenace con graves problemas de salud a largo plazo.
“El pueblo afgano está viviendo una pesadilla de Derechos Humanos, víctima tanto de la crueldad de los talibán como de la apatía internacional”, ha expresado la investigadora sobre Afganistán de HRW, Fereshta Abbasi.
“El futuro de Afganistán seguirá siendo sombrío a menos que los Gobiernos extranjeros se involucren más activamente con las autoridades talibán mientras las presionan enérgicamente sobre su historial de derechos”, ha añadido.
La organización ha sostenido en el escrito que, desde que tomaron el poder los talibán, han impuesto reglas que impiden de manera integral que las mujeres y las niñas ejerzan “sus derechos más fundamentales” a la expresión, el movimiento y la educación, a la vez que afectan “sus otros derechos básicos” a la vida, el sustento, la atención médica, la alimentación y el agua.
También han prohibido a las mujeres viajar o ir a su lugar de trabajo sin que las acompañe un miembro masculino de la familia, un requisito “imposible para casi todas las familias”. Los talibán, también, han negado a casi todas las niñas el acceso a la escuela secundaria.
“El horrendo historial de Derechos Humanos de los talibán y su falta de voluntad para comprometerse de manera significativa con las instituciones financieras internacionales han aumentado su aislamiento”, ha sostenido HRW, pidiendo a los Gobiernos extranjeros que alivien las restricciones al sector bancario del país.
Con ello, la organización quiere facilitar la actividad económica legítima y la ayuda humanitaria, aunque para esto los talibán también deben reducir los abusos contra los derechos y hacer que los responsables de los abusos rindan cuentas, según la ONG.
“Los talibán deberían revertir urgentemente su horrible y misógina decisión de prohibir a las niñas y mujeres la escuela secundaria”, ha dicho Abbasi, “asegurando que ello enviaría un mensaje de que los talibán están dispuestos a reconsiderar sus acciones más atroces”.
En general, la gran parte de los afganos habrían estado sufriendo algún tipo de inseguridad alimentaria desde el agosto pasado, saltándose comidas o días enteros comiendo y recurriendo a mecanismos de supervivencia extremos para pagar la comida, incluido enviar a los niños a trabajar.
Asimismo, el impacto de la crisis económica en las mujeres y las niñas es “especialmente grave”, ya que las mujeres y las niñas tendrían cada vez más dificultades para acceder a la asistencia y la atención de la salud.
La situación humanitaria podría ser aún peor si la ONU y otros proveedores de ayuda no aumentaran sustancialmente sus operaciones en 2022, según HRW.
“Después de un año en el poder, los líderes talibán deberían reconocer la catástrofe que han creado y revertir el curso de los derechos, antes de que más afganos sufran y se pierdan más vidas”, ha agregado Abbasi.
PREOCUPACIONES “INFUNDADAS”
Ante las críticas más o menos rotundas de la comunidad internacional, el Gobierno interino de los talibanes se ha esforzado en repetir que las preocupaciones son “infundadas”.
A finales de mayo, el Ministerio de Exteriores señaló que las restricciones impuestas a las mujeres y las niñas están “en consonancia con las prácticas religiosas y culturales de la sociedad” de mayoría musulmana.
”No se ha impuesto al pueblo afgano nada que vaya en contra de las creencias religiosas y culturales de la sociedad islámica”, sostuvieron entonces los nuevos gobernantes de Afganistán.
(con información de EP y EFE)
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