Las autoridades de Crimea han anunciado este miércoles el estado de emergencia en el distrito de Saki, tras las explosiones accidentales que se registraron el martes en el aeródromo militar de Novofedorivka, que provocaron al menos un muerto y una quincena de heridos.
El líder de la Crimea ocupada, Sergei Aksionov, ha informado de que al menos 252 residentes de la ciudad cercana de Novofedorivka han tenido que ser reubicados, mientras que el suministro de gas de varias localidades ha tenido que ser cerrado temporalmente, informa la agencia de noticias Interfax.
Las explosiones han provocado daños en más de 60 edificios residenciales y una veintena de establecimientos comerciales, ha precisado Aksionov, quien ha prometido indemnizaciones para los afectados que van desde los 10.000 y 100.000 rublos (unos 162 y 1.624 dólares).
Aksionov ha comunicado que las autoridades están investigando lo ocurrido. Según fuentes oficiales, las explosiones no se habrían producido como consecuencia de ningún ataque, si no más bien fueron fruto de un accidente.
En caso de que se confirme de que fuera un ataque, sería el primero en Crimea contra objetivos militares desde la anexión de la península en 2014.
El aeródromo de Novofedorivka se utiliza como base del Ministerio de Defensa ruso para su aviación. Cuenta además con un complejo de entrenamiento para practicar despegue y aterrizaje de aviones navales.
AUTORÍA UCRANIANA
Las autoridades ucranianas no llegaron a atribuirse la responsabilidad de las explosiones, aunque se burlaron de las explicaciones de Rusia sobre que la munición de la base aérea de Saki había prendido fuego de alguna forma antes de estallar, y subrayaron la importancia de la península anexionada hace ocho años por Moscú.
En su video de cada noche, difundido unas horas después de las explosiones, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, prometió retomar la península y declaró: “esta guerra rusa contra Ucrania y contra toda la Europa libre comenzó con Crimea y debe terminar con Crimea, con su liberación”.
Los aviones rusos han utilizado Saki para atacar zonas en el sur de Ucrania en despliegues rápidos, y en las redes sociales ucranianas circulaban especulaciones sobre que misiles ucranianos de largo alcance habían alcanzado la base.
Las autoridades en Moscú llevan tiempo advirtiendo a Ucrania de que cualquier ataque sobre Crimea podría provocar enormes represalias, como ataques sobre “centros de toma de decisiones” en Kiev.
La base en la península del Mar Negro, ante el sur de Ucrania, está al menos a 200 kilómetros (una 125 millas) de la posición ucraniana más cercana, lejos del alcance de los misiles suministrados por Estados Unidos para utilizar con los sistemas HIMARS.
El ejército ucraniano ha utilizado con éxito esos misiles a una distancia de 80 kilómetros (50 millas) para atacar depósitos de combustible y municiones, puentes estratégicos y otros objetivos claves en territorio ocupado por Rusia. El HIMARS también podría lanzar misiles de mayor alcance, de hasta 300 kilómetros (unas 185 millas), que Ucrania ya solicitó.
(con información de EP y AP)
SEGUIR LEYENDO: