La violencia ha aumentado esta semana en Myanmar con la ejecución de cuatro activistas a manos de la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, y que busca la realización de elecciones en 2023, lo que ha provocado el repudio de la comunidad internacional.
En ese contexto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, instó a sus aliados occidentales a “rechazar las fraudulentas elecciones” por considerar que “no serán libres ni justas”.
“Las condiciones actuales hacen que no puedan ser libres ni justas”, manifestó el político estadounidense, quien señaló que ha lamentado que el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, tildara al país de “socio”, lo que va “en contra del trabajo desempeñado por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) para poner fin a la violencia”.
En este sentido, condenó nuevamente la ejecución de los cuatro activistas y pidió en un comunicado a la comunidad internacional “ejercer presión para acabar con esta violencia brutal y lograr la liberación de los que han sido detenidos injustamente, al tiempo que se busca restablecer la democracia en Birmania”.
“Las ejecuciones han alarmado y horrorizado a gente de toda la región y el mundo entero”, aseguró. “Tenemos que incrementar la presión económica y hacer lo posible por restringir el flujo de armas al régimen birmano”, puntualizó antes de insistir en la importancia de lograr que “se haga justicia”.
Por su parte, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, pidió poner “fin a la violencia” e “iniciar un proceso de solución política” en Birmania, en relación a las recientes ejecuciones.
“Nuestras prioridades son poner fin a la violencia, reanudar un proceso de solución política y mejorar la prestación de asistencia humanitaria”, señaló el jefe de la diplomacia europea en su intervención en el vigésimo noveno foro regional de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Borrell ha señalado que las ejecuciones de cuatro activistas por la democracia “son una señal impactante para el mundo” del “desprecio” de la junta militar “por la vida y los derechos de los ciudadanos” así como por “su deseo de libertad”.
Las ejecuciones
Las ejecuciones de Ko Jimmy, Phyo Zeya Thaw, Hla Myo Aung y Aung Thura Zaw, salieron a la luz el pasado 25 de julio, lo que ha desatado numerosas críticas a nivel nacional e internacional.
Ahora, los presos políticos que se encuentran en Insein, en la ciudad birmana de Rangún decidieron hacer huelga de hambre para honrar a los cuatro ejecutados, según informaciones del diario The Irrawaddy. Así, han pedido a la población condenar las “atrocidades” de la junta contra los civiles y “vengarse por el derramamiento de sangre”.
Se trata de las primeras ejecuciones llevadas a cabo en el país en las últimas tres décadas, si bien existe la posibilidad de que la práctica continúe. Según datos de la Asociación de Asistencia para los Presos Políticos (AAPP), 119 activistas contrarios a la junta han sido condenados a muerte, 42 de ellos ‘in absentia’.
La junta militar birmana llevó a cabo el 1 de febrero de 2021 un golpe de Estado alegando que las elecciones celebradas en noviembre habían sido fraudulentas. Los resultados daban nuevamente la victoria al partido de la ahora ex ‘líder de facto’ Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia.
(Con información de EuropaPress)
SEGUIR LEYENDO