La Corte de Apelaciones del Reino Unido rechazó este lunes posponer más allá del martes la retirada del apoyo vital al niño de 12 años Archie Battersbee, que según los médicos se encuentra en muerte cerebral.
El Gobierno británico había pedido al tribunal que valorara la petición del Comité de la ONU sobre Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) de mantener los mecanismos de respiración y alimentación asistida mientras evalúa su caso.
La decisión de la corte argumenta que la carta de derechos en la que se sustenta ese comité “no es parte de la ley del Reino Unido” y considera que no sería “apropiado” incorporarla a las decisiones judiciales británicas.
El 15 de julio, la Justicia ya concluyó que continuar ofreciendo apoyo vital al niño es “contrario a sus mejores intereses”.
Según The Guardian, Edward Devereux QC, en representación de los padres de Archie, argumentó que el tribunal “no tenía discreción” para ignorar la CDPD, ya que hacerlo “sería una violación flagrante e inaceptable del derecho internacional”. Sin embargo, Fiona Paterson, de los fideicomisos del NHS de Bart, dijo que no sería una violación del derecho internacional ya que el tratado relevante no se había incorporado a la ley nacional a través de la legislación.
Los jueces expresaron su preocupación por el tiempo que podría tomar el CPRD para considerar el caso, y uno observó que por lo general se reúne solo dos veces al año. Devereux solicitó al tribunal que concediera una suspensión para permitir que el CPRD considerara el caso de Archie o, dada la incertidumbre sobre cuánto tiempo llevaría eso, que concediera una suspensión de una semana para buscar información del comité sobre el plazo probable para su decisión.
La madre del menor, Hollie Dance, lo encontró inconsciente el pasado 7 de abril con una cuerda atada alrededor de su cabeza y cree que pudo haber sufrido un accidente cuando participaba en un reto viral a través de redes sociales.
La madre de Archie, dijo que los médicos y los jueces no deberían tener la última palabra sobre el tratamiento de Archie.
“Archie es mi hijo”, le dijo a la BBC. “No debería ser decisión de nadie más que nuestra”.
El caso es el último en el Reino Unido que ha enfrentado el juicio de los médicos contra los deseos de las familias. En varios casos, incluido este, las familias han sido respaldadas por un grupo de presión religioso, Christian Concern.
Según la ley británica, es común que los tribunales intervengan cuando los padres y los médicos no están de acuerdo con el tratamiento de un niño. En tales casos, los derechos del niño priman sobre el derecho de los padres a decidir qué es lo mejor para su descendencia.
Alistair Chesser, director médico de Barts Health NHS Trust, que administra el hospital, dijo que “el plan para retirar el tratamiento continuará a menos que el tribunal indique lo contrario”.
“Nuestras más profundas condolencias están con la familia de Archie en este momento difícil”, dijo.
(con información de EFE y AP)
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