Anatoly Chubais, el ex asesor de Vladimir Putin hospitalizado en Italia, podría haber sido víctima de un presunto envenenamiento, pocos meses después de salir de Rusia.
Chubais fue trasladado de urgencia tras sentir rigidez en brazos y piernas, y fue la ex periodista y candidata presidencial, Ksenia Sobchak, quien informó el incidente.
El ex funcionario tiene 67 años y está internado en el Hospital Mater Olbia de Cerdeña, donde se encontraba de vacaciones, según medios italianos
Al hombre se le diagnosticó inicialmente el síndrome de Guillain-Barré -una rara enfermedad que ataca los nervios-, sin embargo, los médicos no descartan la posibilidad de un envenenamiento debido a las recientes intoxicaciones que han sufrido algunos enemigos del presidente ruso.
El caso más resonante fue el del líder opositor Alexei Navalny, envenenado con un agente neurotóxico que le provocó síntomas similares a los que sufre ahora Chubais.
Sobchak escribió: “La habitación en la que estaba Chubais cuando se sintió mal fue examinada por especialistas con trajes de protección química. Y la policía interrogó a todos los testigos”.
Su esposa, Avdotya Smirnova, aseguró que el estado médico de su marido era “inestable”. Y añadió: “Empeoró, de repente se le entumecieron los brazos y las piernas”.
Por su parte, Chubais no cree que haya sido envenenado, dijo al Financial Times una persona cercana a él. “Son sospechas muy comprensibles. Pero él no lo cree así”.
Más tarde, Sobchak publicó lo que dijo que era una declaración del propio Chubais, quien dijo: “Mi condición es moderada y estable”.
Chubais abandonó el país en marzo, después de mostrar discrepancias por la invasión de Moscú a Ucrania y su salida se produjo después de que también lo hicieran otros representantes del mundo cultural y de negocios contrarios a esta campaña militar del Kremlin.
En los últimos 30 años había desempeñado puestos de responsabilidad y había sido recientemente el enviado de Putin a las organizaciones internacionales sobre desarrollo sostenible. Es bien conocido en Rusia, habiendo ocupado puestos de alto perfil desde principios de la década de 1990, cuando supervisó los esfuerzos de privatización bajo Boris Yeltsin.
Poco antes de la renuncia de Chubais, Putin dijo que Rusia necesitaba “purificarse” “distinguiendo a los verdaderos patriotas de la escoria y los traidores” que componían una “quinta columna” de élites que “en su propia naturaleza existen mentalmente allá, y no aquí, con nuestro pueblo, con Rusia”.
El oligarca Oleg Tinkov dijo en mayo que el Kremlin lo obligó a vender su participación en su banco a un precio de derribo después de criticar la “guerra loca” de Putin y reflexionó: “Tal vez ahora el Kremlin me va a matar”.
Una agencia de inteligencia europea está investigando el caso, pero aún no ha revelado los resultados, indicó una fuente a la agencia Reuters. Algunos medios de comunicación y activistas de la oposición también especulaban con que Chubais podría haber sido envenenado.
Dmitry Peskov, el portavoz de Putin, dijo a los periodistas que la enfermedad de Chubais era una “triste noticia” y le deseó una recuperación completa, según la agencia Interfax.
Desde que comenzó la guerra en Ucrania, el pasado 24 de febrero, varios oligarcas y funcionarios han sido encontrados muertos en sus casas bajo condiciones poco claras.
Desde finales de enero han sido hallados sin vida al menos seis empresarios rusos por motivos que aún se investigan, y cuatro de ellos estaban vinculados al gigante energético estatal Gazprom. En tres casos, los empresarios que habrían matado a miembros de sus familias antes de quitarse la vida. Uno de ellos era Vladislav Avayev, ex vicepresidente de Gazprombank.
En mayo, el oligarca ruso Alexander Subbotin, ex gerente principal de la compañía energética Lukoil, fue hallado muerto en el sótano de la casa de un chamán en Mytishchi, una ciudad al noreste de Moscú.
En julio, Yuri Voronov, un ejecutivo ruso vinculado al gigante energético Gazprom, fue hallado muerto a tiros en la piscina de su casa.
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