El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió en una columna editorial que el chavismo y la oposición venezolana se pongan de acuerdo en una instancia superadora de la crisis política que atraviesa el país y encuentren un ámbito propicio para “cohabitar” en el gobierno compartiendo poderes e instituciones del estado.
“La cohabitación es un ejercicio para el cual no he visto prácticamente a nadie preparado en Venezuela. Pero eso lo hace aún más necesario, en el sentido de que implica un ejercicio de diálogo político real, de institucionalidad compartida, de poderes del Estado compartidos”, señaló Almagro en una columna publicada en el diario uruguayo Crónicas. Y continuó: “Compartir el Ejecutivo es complejo y muy difícil. En un esquema de tensión permanente, tiene que estar tan detalladamente regulado que la mejor fórmula sigue siendo la fórmula suiza de sistema colegiado. El ejemplo regional es la Constitución uruguaya del 52″.
Almagro, un crítico permanente del régimen de Nicolás Maduro y sus abusos, advirtió también que “compartir es contrapesar. La cohabitación sin contrapesos puede transformarse en complicidad. El esquema de cohabitación a discutir en un proceso de diálogo debe dar garantías de contrapesos para quienes cohabitan. En caso contrario será una frustración más”.
“Sin un esquema de compartir el poder desde su base, en el que se asegure una participación efectiva del chavismo y del madurismo, de la gente de (Juan) Guaidó y otros actores, la acción conjunta y coordinada de objetivos comunes hacia el futuro, es esencialmente imposible. El oficialismo debe asumir que sin la oposición la sociedad venezolana seguirá resquebrajada, dividida, desintegrada social y geográficamente, y la oposición debe asumir que sin el chavismo y el madurismo sucedería lo mismo”, manifestó el secretario general de la OEA.
Para Almagro, además, en las actuales condiciones es “muy difícil ir a un proceso electoral dudoso que simplemente asegure la continuidad de lo que tenemos ahora con legitimidad inexistente o dudosa”. “Entre todo o nada, el régimen dice ‘todo’; entre mayoría o minoría, generalmente se elige mayoría, pero eso significa que hay espacios en los cuales puede normalizarse la vida institucional del país y otros en los que puede comenzar ese proceso”, remarcó el ex canciller del presidente uruguayo José Mujica.
“De la legitimidad inexistente o dudosa se pasaría a una legitimidad posible. Eso abriría un nuevo sendero, abriría la esperanza para que el sendero se bifurque”, concluyó el secretario general de la OEA.
Los abusos de Maduro
En la misma columna, Almagro se refirió a las denuncias que el organismo que conduce realizó contra la dictadura chavista. Por esas denuncias, “fuimos acusados de mentirosos, de radicales, de servir a espurios intereses, de actuar en contra de la unión de los pueblos latinoamericanos y un largo etcétera”. Sin embargo, señala, “todas las denuncias fueron refrendadas por informes posteriores de otros organismos especializados (y por la masividad del exilio)”.
Por lo tanto, “negar el sufrimiento de millones de personas” es en su opinión fruto de la “absurda ignorancia o de una profunda hipocresía”.
Para Almagro, la de Venezuela es “la mayor crisis migratoria de la historia hemisférica, de dimensión global, con números semejantes a las crisis migratorias de Siria luego de años de conflicto o comparable con Ucrania, víctima de una guerra de agresión”.
Señala que la crisis migratoria venezolana es “prácticamente incomprensible para un país de los más ricos en recursos en este hemisferio y cuyo pueblo sufre desnutrición y mortalidad infantil en números exponenciales, imposibilidad de acceder a medicamentos, a alimentación”, con el resultado de “9 millones de personas con hambre o riesgo de hambre”.
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