La Embajada rusa en Reino Unido dijo que los miembros del Batallón Azov merecen una “muerte humillante” por ahorcamiento en un mensaje publicado después del fallecimiento de más de 50 prisioneros de guerra el último viernes en un bombardeo sobre una prisión en Olenivka, Donetsk, del que se acusan mutuamente Kiev y Moscú.
“Los milicianos del Azov merecen la ejecución, pero no un pelotón de fusilamiento, sino un ahorcamiento porque no son auténticos soldados. Merecen una muerte humillante”, publicó la Embajada rusa en Londres en Twitter, un mensaje que ha sido etiquetado con un aviso por incitación al odio por la propia red social.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, ha mencionado el tuit y ha apelado a “leer esto cuando dicen que Rusia no debe ser aislada”. “No hay ninguna diferencia entre diplomáticos rusos pidiendo la ejecución de prisioneros de guerra ucranianos y tropas rusas haciéndolo en Olenivka. Todos son cómplices en estos crímenes de guerra y deben rendir cuentas”, ha argumentado.
Mientras, el Batallón Azov ha informado de que está comprobando el listado de fallecidos en Olenivka publicado por Rusia, ya que serían sobrevivientes del asedio ruso a la planta industrial Azovstal, en Mariúpol, último reducto de la resistencia ucraniana a la invasión rusa en esta ciudad. Kiev asegura que el ataque fue obra del grupo privado de seguridad ruso Wagner.
Rusia ha acusado inmediatamente a Ucrania del bombardeo sobre la antigua colonia correccional de Olenivka y ha denunciado la muerte de los combatientes ucranianos. Kiev ha desmentido esta acusación y ha responsabilizado a Moscú de este ataque para “ocultar crímenes de guerra, desacreditar a las Fuerzas Armadas de Ucrania e impedir el suministro de armamento” occidental.
Ucrania ha pedido además a la ONU y al Comité Internacional de la Cruz Roja que investigue este “atentado terrorista” y envíe una misión de inspección a la zona. Además, ha pedido la designación de Rusia como país patrocinador del terrorismo.
Las Fuerzas Armadas, el Ministerio de Defensa, los servicios de seguridad y el Defensor del Pueblo de Ucrania solicitaron el viernes en un comunicado conjunto que estas organizaciones envíen representantes para esclarecer la “masacre”.
“El bombardeo es un cínico acto de terrorismo por parte de la Federación Rusa, una provocación militar y una clásica operación de falsa bandera con el propósito de ocultar crímenes de guerra, desacreditar a las fuerzas armadas ucranianas e incrementar las tensiones en la sociedad ucraniana”, afirmaron.
El comunicado negó una vez más que Ucrania estuviera detrás del ataque contra la prisión, situada en la localidad de Yelenovka (también conocida como Olenivka, en ucraniano), ya que el Ejército ucraniano dispone de “equipamiento suficiente” para “identificar sus blancos” con precisión, argumentaron.
“Rusia cometió otro horrendo crimen de guerra al bombardear un centro penitenciario en la región ocupada de Olenivka donde mantenía retenidos a prisioneros de guerra ucranianos”, dijo el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, en Twitter.
El hecho de que los prisioneros fueran trasladados a las instalaciones de esa localidad poco antes del ataque, así como la ausencia de hostilidades en ese emplazamiento, demuestran que se trata de una eliminación premeditada, afirmó el comunicado.
Otras pruebas proceden del análisis de los daños producidos por la explosión y de conversaciones de la parte rusa interceptadas, que no dejan “lugar a dudas” de que el ataque constituye una “grave violación del derecho internacional”.
(Con información de Europa Press y EFE)
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