Avanza la contraofensiva ucraniana para liberar Kherson, la primera ciudad ocupada por los rusos

Mientras las fuerzas de Kiev bombardean las posiciones enemigas con los misiles HIMARS, la resistencia de los partisanos debilita la defensa. Ya destruyeron el puente que unía la zona con la retaguardia de los ocupantes en Crimea

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Un Sistema de Cohetes de
Un Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad M142 (HIMARS) de las fuerzas ucranianas disparado contra las posiciones rusas cercanas a Kherson. Pavlo Narozhnyy/vía REUTERS.

Las últimas dos semanas no fueron muy buenas para los ocupantes rusos y sus aliados locales en el puerto de Kherson. Los partisanos ucranianos hicieron volar varios autos con funcionarios nombrados desde Moscú y bombardearon el cuartel central ruso. También hay informes de que la ciudad amaneció el último martes cubierta de pintadas amenazando al enemigo y advirtiendo a la población de que ya había comenzado la tan esperada contraofensiva de las tropas ucranianas para retomar esta ciudad clave y cortar la vital línea de suministro ruso que viene desde la península de Crimea.

El jueves comenzó el bombardeo del lanzador múltiple de cohetes HIMARS, que Estados Unidos entregó al gobierno de Kyiv y que cambió la dinámica de la guerra. Las bombas alcanzaron el estratégico puente Antonivsky, que atraviesa el río Dnipro. También destruyeron tres puentes que cruzan el río Inhulets, que corre al sur de la ciudad. Sin esas vías, los rusos quedan aislados desde el lado occidental y se les complica enormemente cualquier avance sobre la región industrial del Donbás que es su objetivo en este momento. Por allí también pasan los camiones que vienen de Crimea, el territorio ya ocupado en 2014, y que llevan el abastecimiento para las tropas invasoras en las zonas del sur y el este ucraniano.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo que sus fuerzas están avanzando “paso a paso” hacia la plena liberación de Kherson. La inteligencia militar británica afirma que la contraofensiva ucraniana “está cobrando impulso” y que sus fuerzas lograron establecer una cabeza de puente al sur del río Ingulets. “El 49º Ejército de Rusia está estacionado en la orilla occidental del río Dniéper y ahora parece muy vulnerable. La ciudad de Kherson, que es el centro más importante controlado por Rusia, está ahora prácticamente aislada de los demás territorios ocupados”, informaron los británicos.

Las bombas alcanzaron el estratégico
Las bombas alcanzaron el estratégico puente Antonivsky, que atraviesa el río Dnipro. También destruyeron tres puentes que cruzan el río Inhulets, que corre al sur de la ciudad. (Telegram)

“Volvemos a estar bajo las bombas, pero esta vez estamos contentos”, le dijo al Kyiv Independent un agricultor de una de los dos pueblos que ya recuperaron los ucranianos, a unos 30 kilómetros del centro de Kherson. “Los rusos venían cada dos por tres a robarnos los animales y hasta se llevaron todos los fiambres curtidos y mermeladas que teníamos para vender…Ahora, le voy a dar lo poco que nos queda a nuestros soldados. Ellos se lo merecen, no estos cerdos rusos que nos vienen a robar”.

Hanna Shelest, directora del programa de estudios de seguridad en el think-tank de política exterior y seguridad Ukrainian Prism comentó a la revista Newsweek que “si se logra retomar Kherson, se le quitará la presión a Odessa para que se pueda sacar desde allí la producción de granos que es imprescindible para la economía ucraniana y para los compradores de las regiones más pobres del planeta que dependen de estos alimentos”. La última semana, Rusia y Ucrania firmaron un acuerdo, con el auspicio de Turquía y las Naciones Unidas, para permitir la salida desde Odessa y otros dos puertos cercanos de los cargamentos de cereales hacia los mercados africanos. Pero al día siguiente las fuerzas del Kremlin bombardearon los silos de esos puertos, desconociendo lo que había firmado su propia cancillería.

Mientras tanto, los ocupantes están expidiendo pasaportes rusos, instalando funcionarios rusos en el gobierno local, desconectando a los proveedores de servicios ucranianos y haciendo desaparecer a cualquier persona sospechosa de resistencia. “Cada vez tenemos más pruebas sobre los continuos abusos rusos tras las líneas. Los ucranianos que avanzan en el sur pueden encontrar horrores similares a los que encontraron al norte de Kiev en lugares como Irpin, Bucha y Hostomel”, asegura la analista Hanna Shelest.

Carteles de la resistencia ucraniana
Carteles de la resistencia ucraniana en la ciudad ocupada de Kherson. (Telegram)

Desde Kherson, Rusia también controla la planta nuclear de Zhaporizhzhia, la más grande del Este europeo. Hay informaciones de que técnicos enviados por Moscú estarían armando un nuevo sistema de traslado de energía desde esa planta para abastecer Crimea e incluso otras áreas dentro del territorio ruso. También hay reportes de que acumuló una gran cantidad de armas debajo de los túneles de la central nuclear para evitar que sean destruidos. Fotos satelitales mostraron en los últimos días movimientos de grandes camiones de carga rusos y otros con lanzamisiles en las inmediaciones de la planta. El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el físico argentino Rafael Grossi, dijo que la situación en Zaporizhzhia es cada vez más alarmante. “Estas informaciones son muy preocupantes. Sigo esforzándome con determinación para acordar y dirigir una misión de seguridad y salvaguardias en la planta lo antes posible. Es urgente”, indicó Grossi.

Cerca de la planta se encuentra el único paso por donde los civiles pueden abandonar la zona para no quedar atrapados por la batalla que se avecina. El Kyiv Independent entrevistó a algunos de los pocos que lograron escapar en las últimas horas. “Nadie en Kherson se siente seguro”, dijo Alexander Smurikov, un joven de 22 años que se fue con su madre y sus hermanas menores el jueves. “Había una base a 500 metros de mi casa. Los soldados rusos se paseaban, se fumaban nuestros cigarrillos y escupían. Los rusos se manejan como si fuera su tierra. Por suerte, Ucrania está volviendo. Esperamos volver en dos o tres semanas, cuando se acaben los combates y los rusos se hayan ido”.

Liza, una chica de 26 años que permanece en la ciudad, dijo en una conversación telefónica que “nadie está contento con la ocupación” y que los habitantes de la zona estaban luchando contra la grave escasez de dinero en efectivo y de cobertura de telefonía móvil. “No puedo decir que nadie en la ciudad viva. Apenas sobrevivimos. En este momento no hay hryvnias (moneda ucraniana) en los bancos…Bueno, no hay bancos. También se corta permanentemente la señal de teléfono e Internet, más a la noche cuando comienzan los bombardeos”, explica Liza.

Un soldado ucraniano avanza entre
Un soldado ucraniano avanza entre campos incendiados en la frontera de las regiones de Zaporizhzhia y Donetsk. REUTERS/Dmytro Smolienko

Otro entrevistado que no dio su nombre por razones de seguridad aseguró que la resistencia interna “es cada vez más intensa”. “Ahora mismo, toda la ciudad está con carteles pegados en los que se ve un lanzamisiles HIMARS y en la que dice: `si no se van, ya saben quién los sacará´. Un segundo cartel dice: `¿El Himars no te alcanza? Entonces lo harán los partisanos´”.

El miércoles, una bomba casera alcanzó a un patrullero donde viajaba el jefe de la policía nombrado por los ocupantes. Él y su ayudante quedaron heridos. Y una semana antes, otro coche bomba mató a Dmytro Savluchenko, un activista juvenil prorruso al que habían nombrado jefe de la agencia local para la familia, la juventud y el deporte. Mykhailo Podolyak, asesor de la Oficina del Presidente Zelensky, escribió en Twitter sobre las “increíbles” acciones de los partisanos de Kherson. “A los ocupantes rusos les quita el sueño no sólo el HIMARS, sino también el movimiento de resistencia ucraniano. Llegará el momento en que el mundo se enterará de las increíbles operaciones especiales llevadas a cabo por nuestros partisanos tras las líneas enemigas”, dijo.

En tanto, desde Moscú continúan los preparativos para lo que sería un referéndum a celebrarse el 11 de septiembre en el que los habitantes de Kherson y Zaporizhzhia deberían votar por la adhesión a la Federación Rusa y la creación de otra “república independiente” como las que ya se autoproclamaron en Luhansk y Donetsk. “No creo que les vaya a ir muy bien”, comentó uno de los entrevistados por el diario de Kyiv. “En la ciudad queda menos de la mitad de la población original y la mayoría no puede ir a votar por ser muy viejo o muy joven o porque se niega a hacerlo”. En el gobierno de Kyiv creen que nunca se llegará a esa situación. Están seguros de que Kherson estará liberada mucho antes de septiembre.

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