La economía rusa está siendo “catastróficamente” paralizada por las sanciones occidentales, según expertos de la Escuela de Negocios de Yale, a pesar de los esfuerzos de Vladimir Putin por ocultar los daños.
Los analistas sostienen que las sanciones internacionales y la retirada voluntaria de empresas han dejado un efecto paralizante sobre la economía rusa. La investigación, basada en diversas fuentes privadas, no convencionales y datos propios, señala que el efecto es “catastrófico”, a cinco meses del inicio de la invasión y la respuesta de Estados Unidos y las potencias europeas.
El informe hace hincapié en responder a la propaganda rusa, cuya narrativa asegura que la economía nacional se ha recuperado al golpe inicial y que el desgaste, por el contrario, se siente más en sus rivales de Occidente, debido a la presunta “resiliencia” y “prosperidad” bajo el gobierno de Putin.
Los autores sostienen que “se ha deteriorado irremediablemente” el posicionamiento estratégico de Rusia como exportador de materias primas, debilitado por perder sus mercados principales. A su vez, señala que las importaciones se desplomaron en gran medida, lo que está ocasionando graves problemas para conseguir insumos, piezas y tecnologías cruciales y generando escasez generalizada de suministros.
“A pesar de los delirios de Putin sobre la autosuficiencia y la sustitución de importaciones, la producción nacional rusa se ha paralizado por completo, sin capacidad para reemplazar las empresas, los productos y el talento perdidos; el vaciamiento de la base de innovación y producción nacional de Rusia ha provocado la subida de los precios y la angustia de los consumidores”, puntualizaron.
La caída es muy pronunciada por la fuga de empresas: según estimaron, Rusia perdió compañías que representan aproximadamente el 40% de su PIB, perdiendo así el valor de tres décadas de inversiones extranjeras desde la caída de la Unión Soviética e impulsando la fuga masiva de capitales.
En cuanto a la situación fiscal, el informe indica que Putin lleva adelante una dramática intervención fiscal y monetaria para suavizar las debilidades económicas, pero advierten que es “claramente insostenible” y ha llevado a un déficit por primera vez en años, agotando las reservas de divisas pese a los altos precios de energía.
“De cara al futuro, no hay camino para salir del olvido económico para Rusia mientras los países aliados sigan unidos en el mantenimiento y el aumento de la presión de las sanciones contra Rusia”, aseguraron.
Sobre los mercados financierons, indicaron que los rusos son los de peor rendimiento en el año a nivel mundial, pese a los controles de capital, con un marcado aislamiento de las plazas internacionales que limita el acceso a fondos necesarios para su revitalización.
Frente a las versiones que hablan de una recuperación de la economía rusa y un perspectivo , responden: “Simplemente no son reales. Los hechos son que, desde cualquier punto de vista y a cualquier nivel, la economía rusa se tambalea, y ahora no es el momento de pisar el freno”.
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