Las revelaciones periodísticas sobre las posibles maniobras del presidente ruso, Vladimir Putin, para propiciar la caída del Gobierno de Mario Draghi y los vínculos del ultraderechista Matteo Salvini con Rusia sacuden este jueves a Italia.
“Sombras rusas sobre la crisis política” de Italia, tituló este jueves el diario La Stampa, cercano a los industriales, al abordar el espinoso asunto.
El diario reveló que existieron supuestos contactos entre un asesor de Salvini, líder de la ultraderechista Liga, y un funcionario de la Embajada rusa en Roma para una eventual retirada del Ejecutivo italiano de los ministros pertenecientes al partido ultraderechista.
“El diplomático, que dejó entrever un posible interés de Rusia en desestabilizar los equilibrios dentro del gobierno italiano con esa operación, le preguntó si los ministros de la Liga presentarían también su renuncia al gabinete de Draghi”, cuenta el diario que se basa en un “documento de los servicios de inteligencia”.
Draghi fue uno los más firmes aliados del presidente ucraniano Volodimir Zelenski y su gobierno llevó adelante una política de línea dura contra Putin con sanciones y envío de armas para ayudar la resistencia ucraniana.
La reunión tuvo lugar mientras Salvini, quien hasta la invasión rusa a Ucrania era un ferviente simpatizante de Putin, era acusado de organizar una suerte de diplomacia paralela, con reuniones en la embajada rusa, aparentemente para elaborar un plan de paz entre Rusia y Ucrania, sin haber jamás informado al gobierno italiano.
La embajada además le había facilitado la compra de los pasajes de avión tanto a Salvini, así como para otros miembros de la Liga, con el fin de viajar a Moscú el 29 de mayo, visita que fue cancelada posteriormente.
El artículo de La Stampa menciona supuestos “documentos de inteligencia” que serían “un resumen informal de los trabajos de inteligencia sobre el tema”.
Sin embargo, la Autoridad delegada para la seguridad de la República desmintió después la implicación de los servicios de Inteligencia en el asunto, asegurando que “carece de todo fundamento”.
La embajada rusa ha evitado comentarios.
Aún así, las revelaciones fueron suficientes para desencadenar un terremoto político en Italia, en el comienzo de la campaña electoral de cara a los comicios generales del 25 de septiembre.
Enrico Letta, líder del Partido Democrático (PD), la principal formación progresista de Italia, calificó de “inquietantes” las revelaciones y dijo que es necesario investigar el papel de Putin en el asunto.
“Los hallazgos de hoy en La Stampa sobre los vínculos entre Salvini y la Rusia de Putin son inquietantes, la campaña electoral comienza de la peor manera, con una enorme mancha. Queremos saber si fue Putin quien hizo caer el gobierno de Draghi”, dijo Letta.
El ex primer ministro anunció que va a pedir la intervención del Comité Parlamentario para la Seguridad de la República (Copasir), que controla los servicios de Inteligencia, porque “si fuera así, sería algo de una gravedad infinita”.
Por su parte, Salvini calificó las informaciones de La Stampa de “noticias falsas” y “tonterias”, anunciando el desmentido institucional que se produjo poco después.
“Me parece la fantasía habitual sobre Putin, fascismo, racismo, nazismo, soberanismo. No creo que Putin esté detrás de la planta de conversión de residuos en energía en Roma”, añadió aludiendo a la incineradora que fue una de las causas del M5S para no apoyar a Draghi.
“La izquierda dividida y desesperada (...) se dedica a buscar fascistas, rusos y racistas que no existen”, ironizó.
“Somos pro-europeos y atlantistas, pero esto no significa que no podamos tener buenas relaciones con Putin. La guerra acabará antes o después y los que se hayan equivocado pagarán”, comentó en la emisora Radio24.
El PD y el centrista Italia Viva (IV) ya han pedido una sesión informativa urgente en la Cámara de Diputados sobre los supuestos contactos entre Salvini y Rusia revelados por el diario, mientras el ministro de Exteriores en funciones, Luigi Di Maio, también pidió explicaciones al líder de la Liga y advirtió de la necesidad de “tener cuidado con las influencias rusas en esta campaña electoral”.
Di Maio, que recientemente abandonó el M5S, partido que lideró hasta enero de 2020, ya había alertado el pasado 15 de julio de que en Moscú “estaban brindando” porque “se había servido a Putin la cabeza de Draghi” refiriéndose a la Liga y el M5S, calificados de prorrusos por sus buenas relaciones con Moscú.
Y tras la caída de Draghi el presidente del Copasir, Adolfo Urso, reveló que se estaban “ocupando” del asunto cuando se le preguntó por la posible influencia de los servicios de desinformación rusos en la campaña electoral: “Somos uno de sus principales objetivos”, aseguró.
La coalición de derecha, formada por la ultraderechista Liga, el partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia, y los neofascistas Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), figura como la favorita en todos los sondeos.
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