Pobladores ansiosos durmieron afuera de sus casas luego de que cientos de réplicas sacudieron el norte de Filipinas después del potente terremoto registrado este jueves.
Cinco personas murieron y más de 150 resultaron heridas por el sismo de 7,0 grados de magnitud del miércoles con epicentro en la provincia de Abra.
El poderoso temblor derribó edificios, provocó deslizamientos y sacudió torres a cientos de kilómetros en la capital Manila.
“Desde ayer hay sismos casi cada 20 minutos, 15 minutos”, comentó Reggi Tolentino, dueño de un restaurante en la capital provincial de Bangued.
“Muchos durmieron afuera anoche, casi todas las familias”, agregó.
Cientos de edificios resultaron dañados o destruidos, las carreteras estaban bloqueadas por deslizamientos y las provincias más afectadas quedaron sin servicio eléctrico.
Pero en Abra, donde se sintió más fuerte, el daño general fue “mínimo”, dijo a AFP el jefe policial Maly Cula.
“No tenemos a mucha gente en los sitios de evacuación, aunque mucha gente durmió en las calles por las réplicas”, acotó Cula.
Se han registrado más de 800 réplicas después del terremoto, incluidas 24 con suficiente fuerza para ser perceptibles, indicó la agencia meteorológica local.
En la ciudad histórica de Vigan, un sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO, estructuras centenarias construidas durante la colonia española resultaron dañadas.
El gobernador Jeremias Singson comentó a la red Teleradyo que 460 edificios en la provincia se vieron afectados.
“Nuestra industria turística es pequeña y los dueños de negocios se vieron muy afectados”, indicó Singson.
Filipinas suele ser sacudida por sismos debido a su ubicación en el “Anillo de Fuego” del Pacífico, un arco de gran actividad sísmica que va de Japón a la cuenca del Pacífico, cruzando el Sudeste Asiático.
El terremoto del miércoles fue uno de los más fuertes de los últimos años en Filipinas y se sintió a lo largo de la isla Luzon, la más poblada del archipiélago.
En octubre de 2013, un sismo de 7,1 grados golpeó la isla de Bohol en el centro de Filipinas, dejando más de 200 muertos.
Iglesias antiguas en la cuna del catolicismo filipino resultaron seriamente dañadas y casi 400.000 personas fueron desplazadas.
En 1990, otro sismo de 7,8 grados en el norte de Filipinas dejó más de 1.200 muertos y causó daños en edificios de Manila.
(Con información de AFP)
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