La campaña para cambiar el nombre de Nueva Zelanda avanza en el parlamento del país, con impulso del Partido Maorí que apoyó la petición para que el estado pase a llamarse Aotearoa.
Según sostienen, al actual nombre se remonta a una época de colonización, por lo que prefieren un nombre vinculado a la historia oral indígena.
La campaña ha reunido más de 70 mil firmas y será examinada por una comisión parlamentaria que podría recomendar una votación, someterla a referéndum o no tomar ninguna medida.
“Es un reajuste de dónde estamos como nación”, dijo Rawiri Waititi, colíder del Partido Maorí, un pequeño partido en el Parlamento que apoyó la petición, reportó el Wall Street Journal. “No hay que tener miedo”.
La premier Jacinda Ardern está de acuerdo con un mayor uso de Aotearoa, pero oficialmente el gobierno no está estudiando un cambio formal, según indicó una vocera.
Por su parte, los sondeos de opinión no muestran un apoyo masivo a la modificación. Más de la mitad de los encuestados prefiere mantener el actual nombre, mientras que las opciones de renombrar a Aotearoa o a la combinación Aotearoa Nueva Zelanda suman un 40% a favor.
“Somos un país polinesio y somos Aotearoa”, señaló el año pasado el Partido Maorí cuando se abrió la campaña de recolección de firmas.
Aunque se desconoce con precisión la etimología de Aotearoa, el nombre maorí de Nueva Zelanda, hay varias teorías sobre el origen como la referida a una de las canoas de la gran migración polinesia o la mitológica “larga nube blanca” que guiaba a los viajeros.
Con la colonización británica en el siglo XIX se adoptó el nombre de Nueva Zelanda, que fue dado por el explorador holandés Abel Tasman en alusión a una provincia de los Países Bajos llamada Zeeland.
La petición del Partido Maorí coincide con un momento de reconocimiento por parte del Gobierno de la laborista Jacinda Ardern de la cultura de los pueblos originarios. Ardern, quien habla en maorí en algunos de sus discursos y cumple con algunas de las ceremonias tradicionales, declaró a principios de año fiesta nacional el Año Nuevo Maorí (Mataraki) para reconocer la identidad compartida de los neozelandeses.
“El pueblo de esta tierra (Tangata whenua) está harto de que nuestros nombres ancestrales sean manoseados, bastardeados e ignorados. Estamos en el siglo XXI, esto debe cambiar”, ha recalcado el Partido Maorí en su campaña lanzada en las redes sociales.
Registros históricos
A lo largo de los años ha habido varias peticiones e intentos de cambiar el nombre de Nueva Zelanda, incluido en 1895 un pedido para adoptar oficialmente “Māoriland”, que ya era un nombre no oficial del país.
Cuando Abel Tasman avistó estas costas bien pobladas en 1642, llamó al lugar Staten Land por creer que estaba conectado de algún modo con una Isla de los Estados en lo que hoy es Argentina. Luego, un cartógrafo de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales le dio el nombre de Nieuw Zeeland (o Nova Zeelandia en latín).
“Zee” en holandés se traduce como “mar”, y su etimología en inglés es complicada. En lenguas del norte europeo Sjælland describía un lugar estrechamente ligado al mar.
El país no recibió el nombre directamente por el vínculo entre la tierra y el mar, sino por el lugar holandés que ya tenía este nombre, concretamente, Zeeland, en el suroeste de los Países Bajos. Los primeros exploradores holandeses también llamaron Zeelandia a los fuertes de la actual Taiwán y Guyana.
Cuando James Cook llegó en 1769, Nieuw Zeeland se anglicizó como Nueva Zelanda. Además, Cook rebautizó Te Moana-o-Raukawa como Estrecho de Cook, e impuso docenas de topónimos ingleses más.
En cuanto a Aotearoa, puede dividirse para hallar su significado: si traducimos “Ao” como mundo, “tea” como brillante o blanco, y “roa” como largo, tenemos la traducción común de “largo mundo brillante” o “larga nube blanca”.
(Con información de EFE y The Conversation)
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