Las autoridades de Filipinas elevaron a al menos cuatro el número de muertos tras un fuerte terremoto que sacudió este miércoles el noroeste de la isla de Luzón, donde se encuentra la capital, mientras que por lo menos otras 16 personas han resultado heridas.
El sismo, que fue elevado desde la magnitud inicial de 7,1 para 7,3 y a una profundidad de 17 kilómetros por las autoridades filipinas, igualmente afectó a unas 15 ciudades y causó graves daños a por lo menos 179 edificios, 29 carreteras y tres puentes.
Según los datos recogidos por el Centro Sismológico Euromediterráneo (SCEM), el epicentro del terremoto se ubicó a 335 kilómetros al norte de Manila.
Entre los muertos se encuentra un trabajador de la construcción que quedó atrapado bajo los escombros caídos en La Trinidad, Benguet, y falleció en Abra, tal y como informó ‘Philstar’.
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., conocido como ‘Bongbong’, ordenó la movilización de equipos de rescate y ayuda del Departamento de Bienestar Social y Desarrollo a las zonas afectadas.
El portavoz del Consejo Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres (NDRRMC), Mark Timbal, dijo: “insto a todo el mundo a mantenerse alerta y a dar prioridad a la seguridad ante las posibilidades de réplicas que puedan sentirse después de ese fuerte terremoto”.
En el Metro Manila, las líneas ferroviarias LRT-1, LRT-2 y MRT-3 suspendieron temporalmente sus operaciones para comprobar los daños y realizar el mantenimiento.
“El suelo se meció como si estuviera en un columpio y de inmediato se fue la luz. Salimos a toda prisa de la oficina, y escuché algunos gritos y algunos de mis compañeros lloraban”, dijo Michael Brillantes, agente de seguridad en la localidad de Lagangilang, en Abra, cerca del epicentro.
“Fue el sismo más fuerte que he sentido y pensé que el suelo se iba a abrir”, dijo Brillantes en entrevista telefónica con The Associated Press.
Por otro lado, la senadora Imee Marcos afirmó en una rueda de prensa que los campanarios de Bantay y Laoag habían resultado dañados, y que el centro de la ciudad de Laoag posiblemente iba a ser acordonado, ya que los escombros seguían cayendo desde el campanario.
Filipinas se encuentra a lo largo del Cinturón de Fuego del Pacífico, un arco de fallas en el océano Pacífico donde se producen la mayoría de los terremotos del mundo. Filipinas también recibe unos 20 tifones y tormentas tropicales cada año, lo que la convierte en uno de los países más propensos a las catástrofes naturales.
En 1990, un terremoto de magnitud 7,7 causó la muerte de casi 2.000 personas en el norte de Filipinas.
El último gran terremoto que sacudió el país fue de 7,1 grados de magnitud y mató a más de 220 personas en el centro de Filipinas en octubre de 2013.
(Con información de Europa Press y AP)
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