Arabia Saudita reveló sus planes para construir un rascacielos de 1 billón de dólares que se extenderá a través de su desierto y se convertirá en la estructura más grande del mundo.
La estructura, conocida como Mirror Line (Línea espejo, en español), estará compuesta por dos edificios de vidrio reflectante que medirán hasta 488 metros de altura y se extenderán en paralelo durante 170 kilómetros a través de terrenos costeros, montañosos y desérticos.
Mirror Line será una parte de la ciudad desértica llamada NEOM, un desarrollo de alta tecnología de 26.500 km cuadrados en el Mar Rojo con varias zonas, incluidas áreas industriales y logísticas, cuya finalización está prevista para 2025.
El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, anunció el proyecto en enero de 2021. En ese momento, dijo que quería que su país albergara un proyecto de construcción tan icónico y atemporal como las Pirámides de Egipto.
“The Line es un proyecto que es una revolución civilizatoria que pone a los humanos primero”, afirmó.
Bin Salmán ha afirmado que quiere que Mirror Line esté listo para 2030, aunque los ingenieros han dicho que podría llevar 50 años construirlo.
Cuando esté terminado, el rascacielos se extenderá desde el Golfo de Aqaba, a través de una cadena montañosa, y luego se extenderá a lo largo de la costa hacia una “aerotrópolis” desértica, informó el Wall Street Journal. El edificio será tan largo que se asentará sobre puntales para tener en cuenta la curvatura de la Tierra. Una vez completado, albergará a 9 millones de residentes, dijo la agencia estatal de noticias SPA.
El edificio, de 200 metros de ancho y que funcionará con “energía 100% renovable”, también contará con un tren de alta velocidad con un tránsito de extremo a extremo de 20 minutos.
Para alimentar a sus residentes, el proyecto prevé la agricultura vertical integrada en los edificios. Para el entretenimiento, Mirror Line planea un estadio deportivo ubicado 300 metros bajo tierra. También contará con un puerto deportivo para yates que se encuentra debajo de un arco en los dos edificios.
Los edificios futuristas tienen un brillo plateado y un interior intrincado, con escaleras, zonas verdes y casas para crear una comunidad lineal.
“Las comunidades en capas verticales de la ciudad desafiarán a las tradicionales ciudades planas y horizontales”, dijo Bin Salmán. “Los diseños de The Line encarnan cómo serán las comunidades urbanas en el futuro en un entorno libre de carreteras, automóviles y emisiones”.
El príncipe había dicho el año pasado que la infraestructura del proyecto costaría entre 100.000 y 200.000 millones de dólares.
El fondo soberano del reino, el Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés), es el inversionista principal de NEOM.
Bin Salman también espera que NEOM, en su conjunto, cree miles de nuevos puestos de trabajo y permita que el país rico en petróleo deje de depender tanto del recurso para obtener riqueza, según el Wall Street Journal.
Sin embargo, las inversiones extranjeras en Neom no han sido tan favorables ya que muchos países occidentales continúan boicoteando al país por violaciones de los derechos humanos. Salman ha sido acusado de ordenar el asesinato del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi en 2018, pero espera que las relaciones con Occidente mejores tras la reunión que mantuvo la semana pasada con el presidente estadounidense Joe Biden.
Otros han cuestionado si los proyectos ideados son demasiado ambiciosos. Arabia Saudita abandonó previamente los planes para construir un rascacielos de un kilometro y medio de altura que habría sido el más alto del mundo después de tener dificultades de financiación.
Por el momento, no obstante, los altos precios del petróleo están ayudando a Salman a continuar de Mirror Line y NEOM, ya que proporciona fondos para el costoso proyecto, según el Wall Street Journal.
Sin embargo, NEOM también enfrentó críticas de derechos humanos cuando se anunció que las tribus que vivían en la zona fueron expulsadas a la fuerza y la seguridad supuestamente matara a tiros a un residente.
La fecha de finalización del proyecto está fijada para 2030, pero los constructores y urbanistas luchan por resolver muchos problemas y dudas.
Entre los interrogantes están si los residentes considerarían vivir en un edificio de gran altura después de la pandemia, la migración de animales y aves, y cómo lidiar con la estructura que afecta el flujo de agua subterránea.
Los planificadores ambientales dicen que el gran tamaño y la longitud de Mirror Line interrumpirán los patrones migratorios de millones de aves, y el acristalamiento espejado del edificio podría confundirlos aún más, contradiciendo la idea original del proyecto de ser amigable con el planeta.
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