Liz Truss y Rishi Sunak, los dos candidatos a suceder a Boris Johnson en la jefatura del Gobierno británico, se enfrentaron este lunes en su primer debate televisivo a dos bandas, en el que tratarán de captar votos entre las bases conservadoras en una elecciones marcadas por el cruce de acusaciones mutuas.
Durante el tenso cara a cara, la ministra de Asuntos Exteriores prometió recortar los impuestos en cuanto asumiera el cargo, recurriendo al endeudamiento para pagarlo. El ex jefe del Tesoro, en tanto, dijo que primero controlaría la inflación, argumentando que el plan de Truss aumentaría la deuda pública y dejaría a la gente en peor situación a largo plazo.
“Hay un desacuerdo genuino, como en los impuestos. Nuestras diferencias son serias, no son pueriles”, indicó en un determinado momento Truss.
Los ánimos se caldearon cuando Sunak afirmó que “no es moral pedir a nuestros hijos que paguen las facturas que no estamos dispuestos a pagar”. Truss lo calificó de “Proyecto Miedo”, y dijo que era sensato pedir préstamos para reconstruir la pandemia de coronavirus, un “acontecimiento que ocurre una vez cada 100 años”.
Como mejor orador, el antiguo ministro de Economía -cuya dimisión el 5 de julio precipitó la salida de Johnson- se ganó en varias ocasiones el aplauso del público. Truss, no obstante, se defendió sin perder la compostura y lanzó varios dardos a su rival. Los primeros sondeos apuntan a un empate entre ambos.
Ambos abrieron el debate rindiendo homenaje al político unionista norirlandés David Trimble, artífice del Acuerdo de Viernes Santo, cuyo fallecimiento se conoció minutos antes de que comenzase el cara a cara.
De inmediato, sus discrepancias acerca de los impuestos, que han marcado hasta ahora la campaña de las primarias, salieron a la palestra.
”¿Debemos pagar la factura de la pandemia nosotros o la ponemos en la tarjeta de crédito del país y le pasamos la deuda de nuestros hijos y nietos? Eso no es responsable”, espetó Sunak a Truss a cuenta del propósito de esta de bajar impuestos. La ministra de Exteriores subrayó que su intención sería comenzar a devolver esos préstamos en tres años y recordó al exministro de Economía que “ningún país está pagando esa deuda ahora”.
”Tu propio asesor económico ha reconocido que eso obligaría a subir los tipos de interés hasta el 7 %. Piensa lo que eso supone para todos los que están pagando una hipoteca”, lanzó Sunak, a lo que Truss replicó que “todo el mundo sabe que subir impuestos ahora dañará a la economía.
Sunak utilizó los cambios de opinión que su adversaria ha tenido en el pasado como arma, especialmente en referencia al Brexit, al que la jefa de la diplomacia británica se opuso en un inicio. “Me acuerdo del referéndum y de que aquí había una persona partidaria de salir de la UE y otra de seguir, y esa eras tú”, criticó el antiguo aliado de Johnson. “Y he aprendido”, le contestó Truss, antes de decir que si hoy se celebrase la consulta votaría por salir de la UE.
El ex ministro y ex banquero de inversión también se refirió al “viaje” que su contrincante ha hecho en su opinión sobre China: “Dijiste que vivíamos una era dorada en las relaciones con China”. “¡Pero eso fue hace diez años!”, le respondió la ministra de Exteriores, quien a su vez le reprochó que hace solo un mes éste propugnaba al frente del Tesoro aumentar las relaciones comerciales con el gigante asiático.
En otros aspectos como la posición frente a Rusia por la invasión de Ucrania ambos encontraron más puntos en común, como a la hora de descartar cualquier implicación directa en la guerra.
Consultados sobre si ofrecerían a Johnson un puesto en su Gobierno, Truss arguyó que éste no querrá formar parte del Ejecutivo, aunque conservará una voz preponderante. Sunak cerró las puertas del todo a su antiguo jefe y se colocó como ejemplo opuesto a él por su “honradez”.
“Es una de las personas más notables que he conocido y estoy orgulloso de lo que hemos conseguido en el Goberno. Pero llegamos a un momento en el que pensé que ya está bien, y actué por principios. Necesitamos a un líder que sea coherente con sus principios”, aseguró Sunak ante el aplauso del público.
“Restaurar la confianza es mantener tus promesas. Cuando nos elegieron nos comprometimos a no subir los impuestos, y se han subido. Yo soy alguien que cumple lo que promete”, dijo la ministra en dirección a su adversario, responsable de un aumento de la cotización social.
El encuentro entre el ex ministro de Economía y la titular de Exteriores fue transmitido en directo por la cadena pública BBC, cuya presentadora Sophie Raworth hizo preguntas a los aspirantes por tema, que completaron los directores de política, Chris Mason, y economía, Faisal Islam, ante una audiencia de votantes “tories”.
Aunque la semana próxima habrá otro debate en Sky News y los candidatos harán mítines durante agosto, se considera que la cita de esta noche fue crucial para ganar adeptos, pues se prevé que muchos miembros del Partido Conservador voten justo al recibir las papeletas, entre el 1 y el 5 de agosto.
La jefa de la diplomacia británica, que recordó que discrepa con la decisión del Partido Conservador de forzar la dimisión de Johnson, goza de una importante ventaja en las encuestas entre los 160.000 afiliados “tories” llamados a votar para elegir al nuevo líder de su formación, que se convertirá automáticamente en primer ministro. A causa de esa situación, Sunak salió claramente al ataque, interrumpiendo en numerosas ocasiones a su interlocutora y descalificando sus propuestas.
El ganador de estas primarias, que se iniciaron con la elección de los finalistas por parte del grupo parlamentario conservador en la Cámara de los Comunes, se conocerá el 5 de septiembre, tras el receso parlamentario de verano.
Al día siguiente, Boris Johnson, aún primer ministro en funciones pese a dimitir el 7 de julio, presentará a la reina Isabel II su renuncia y la soberana encomendará a su sucesor que forme Gobierno.
Aunque los diputados “tories” respaldaron en su mayoría a Sunak, Truss, candidata de la derecha, es la favorita de las bases, según las encuestas internas.
En los últimos días, los equipos de ambos, que fueron colegas de gabinete hasta la dimisión de Sunak, se han lanzado críticas mutuas, incluso de tipo personal.
En un comunicado emitido hoy, previo al debate, Sunak considera a China “la mayor amenaza a largo plazo del Reino Unido” y promete cerrar sus 30 centros culturales Confucio. Los partidarios de Truss, como el exlíder “tory” Iain Duncan Smith, replican que, como titular de Economía, presionó para lograr un acuerdo comercial con Pekín.
Truss ha propuesto este lunes impulsar el crecimiento con “puertos francos completos”, frente a los menos operativos, según ella, introducidos por su rival: “No podemos seguir permitiendo que Whitehall (por el Gobierno) siga eligiendo a los ganadores y los perdedores, como hemos visto con el modelo de puerto libre actual”, ha afirmado.
Sunak, por su parte, le reprocha que apoyara la permanencia en la Unión Europea en el referéndum de 2016, frente a su defensa del Brexit, aunque, desde entonces, la ministra se convertido en acérrima partidaria de la salida de la UE.
Tras haber evidenciado en los primeros días de campaña sus diferencias en política fiscal, Truss, que aboga por recortes de impuestos inmediatos, y Sunak, que los aplicaría tras controlar la inflación, chocaron el fin de semana también sobre inmigración.
En otro ejemplo del tono personal de los ataques, la ministra de Cultura, Nadine Dorries, se burló hoy del gusto por la ropa cara de Sunak, antiguo directivo del sector financiero.
La partidaria de Truss criticó que el millonario ex canciller del Exchequer fuera fotografiado en un acto electoral con un traje valorado en miles de libras y zapatos Prada con un coste de 490 libras (540 dólares).
Señaló que, en contraposición, es más probable ver a Liz Truss, que alardea de su educación menos elitista, con un par de pendientes de poco más de 5 euros de una marca popular.
(Con información de EFE)
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