Al inicio de su “operación militar” sobre su vecino, el pasado 24 de febrero, las pretensiones del presidente ruso, Vladimir Putin, incluían alejar a Ucrania de los recursos de la OTAN y marcar distancia de Occidente a través de la toma del territorio vecino.
Se trata de una “cuestión de vida o muerte” contrarrestar la “mayor expansión de la infraestructura de la alianza del Atlántico Norte, o los esfuerzos en curso para obtener un punto de apoyo militar en el territorio ucraniano”, dijo el presidente ruso en medio de su anuncio.
Sin embargo, a casi 150 días del inicio del conflicto, algunos analistas como el reportero de seguridad global, Josué Keating, consideran que Rusia ha tenido más pérdidas que ganancias en sus objetivos.
MÁS CERCA DE LA OTAN
Para el analista, lejos de marcar distancia de los Estados Unidos y sus aliados, la operación ha acercado mucho más a Ucrania a la OTAN y sus colaboradores.
“Como admiten los líderes ucranianos, es probable que el país no se una a la OTAN en el corto plazo. Pero sus nuevos obsequios militares de la OTAN (HIMARS, Harpoons , CAESAR y Panzerhaubitzes) significan que están cada vez más vinculados a las cadenas de suministro de la OTAN, así como al entrenamiento de la OTAN sobre cómo usar y mantener estos sistemas”, apunta en un artículo publicado en GRID.
El periodista señala también que, la guerra está “occidentalizando” a los vecinos de Ucrania: mientras que los países del antiguo bloque del Este, (Rumania, Polonia y Eslovaquia), han enviado lo que queda de su equipo militar soviético a Ucrania, sus arsenales están siendo reemplazados por nuevos sistemas de la OTAN .
MENOS RUSO PARLANTES
Desde la disolución de la Unión Soviética, la pugna por la imposición del idioma ruso en Ucrania ha sido intensa.
El ruso es una parte importante de la vida pública y la cultura de Ucrania. Alrededor de un tercio de los ucranianos hablan con fluidez ruso, incluido el presidente Volodimir Zelensky.
Pero, la visión de un mundo ruso promovida por Putin, que incluye no solo la obligación del uso de la lengua, sino el reconocimiento de su historia, cultura e idiosincrasia, también ha sido afectada por la decisión del jefe del Kremlin.
“Desde que comenzó la guerra, han surgido clubes de idioma ucraniano en todo el oeste de Ucrania para ayudar a los hablantes de ruso que han huido del este, un esfuerzo para ayudarlos a hacer ‘el cambio’. Según los informes, los cursos de ucraniano en línea también son muy populares”, reseña el autor.
Según un estudio realizado por el Wall Street Journal-NORC a principios del mes de julio, “el apoyo a Zelensky entre las personas que hablan principalmente ruso o el patois ruso-ucraniano conocido como surzhik era casi tan alto como entre las personas que hablan principalmente ucraniano, lo que sugiere que la invasión ha unificado la nación más que ha exacerbado sus divisiones culturales”.
Los datos publicados por el medio señala también que cerca del 79% de los ucranianos que hablan principalmente ruso dijeron que habían llegado a ver a los rusos de manera más negativa, solo un poco por debajo del número de hablantes de ucraniano que se sentían de esa manera.
También destaca que el 77% de los ucranianos ahora se opone a la enseñanza del ruso en escuelas y universidades, y el 73% se opone a permitir que se hable en los tribunales e instituciones gubernamentales.
UN “MUNDO RUSO” MÁS PEQUEÑO
Otra de las variables vistas, en medio del conflicto que no tiene una solución a la vista, es la animadversión a la influencia rusa en Ucrania. Además del idioma, el “mundo ruso” promovido por Putin tiene ahora muchos menos espacios que antes del 24 de febrero.
“Si Ucrania sobrevive como un estado independiente, algo que estaba muy en duda en febrero pero que ahora parece probable, será casi seguro que será una nación más uniformemente opuesta a la influencia rusa y más ansiosa que nunca por asimilarse a Occidente. Eso será cierto incluso si Rusia continúa ocupando territorio ucraniano o declarando nuevas ‘repúblicas populares’ en las regiones que controla. Incluso puede resultar más cierto, dado que es más probable que los partidarios de Rusia que quedan, y existen, estén en estas áreas”, añade Keating.
Este rechazo al “mundo ruso” ahora no solo afecta a Ucrania, en medio de la invasión de sus espacios. La mirada de Putin también ha encontrado oposición en antiguos territorios de la extinta Unión Soviética, como Kazajistán.
Pese a haber solicitado este mismo año la intervención militar rusa para disolver las manifestaciones en contra de su gobierno, el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, no reconoció a las regiones ocupadas por fuerzas prorrusas de Luhansk y Donetsk. Dándole de esta forma la espalda a su homologo del Kremlin en medio del conflicto.
“La invasión de Ucrania no solo ha acelerado la salida de ese país de la esfera de influencia de Rusia, sino que parece tener a otros países postsoviéticos mirando con cautela la salida. Lo llames como lo llames, no es una victoria”, sentenció el periodista.
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