La Comisión Europea pidió este miércoles a los países de la Unión Europea que reduzcan su demanda de gas en un 15% en los próximos ocho meses para superar la caída del suministro ruso, y quiere que los recortes sean obligatorios en caso de emergencia.
El plan desvelado por la Comisión Europea, que será debatido por los Estados miembros, establece que cada país debe “hacer todo lo posible” para reducir su consumo nacional de gas en al menos un 15% entre agosto de 2022 y marzo de 2023. Bruselas también propone un mecanismo que establezca “objetivos vinculantes de reducción de la demanda” para los 27 países miembros en caso de “riesgo sustancial de escasez”.
En una declaración, el brazo ejecutivo de la UE también pidió a los Estados miembros que le dieran poderes especiales para forzar los recortes de demanda necesarios si Rusia corta el gas de Europa.
“Rusia nos está chantajeando. Rusia está utilizando la energía como un arma y, por lo tanto, en cualquier caso, ya sea un corte parcial importante del gas ruso o un corte total... Europa tiene que estar preparada”, dijo a la prensa la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
El plan de contingencia de Bruselas llega cuando el flujo de gas ruso a la UE ya se ha reducido en un 30% con respecto a la media de 2016-2021, en parte debido a las acciones “injustificadas” y “unilaterales” de Gazprom, que ha interrumpido total o parcialmente el suministro a doce países comunitarios.
“Las reciente escalada de las perturbaciones del suministro de gas desde Rusia apuntan a un importante riesgo de que una interrupción completa y prolongada del suministro de gas ruso podría materializarse de forma abrupta y unilateral”, apunta la Comisión, que llama a actuar de forma inmediata.
Actuar ahora, argumenta la Comisión, reduciría en al menos un tercio el impacto de un corte total sobre el PIB europeo, provocando una caída del 0,4% en lugar de la bajada de entre el 0,6% y 1% que estima si se postergan las medidas de ahorro, tranquilizaría a los mercados y suavizaría la volatilidad de los precios.
Con la reducción del 15% en mente, Bruselas ha elaborado un Plan de Reducción de la Demanda de Gas que se centra en sustituir este combustible por otras fuentes de energía, reducir el consumo en todos los sectores y, al mismo tiempo, asegurar que se garantiza el suministro a los hogares y usuarios esenciales como hospitales o industrias que sean esenciales para la economía europea.
“Antes de considerar restricciones (en el suministro) los Estados deberían agotar todas las posibilidades de sustitución, los esquemas de ahorro voluntarios y las fuentes de energía alternativas”, señaló el Ejecutivo comunitario en el comunicado.
Bruselas llama a dar prioridad a las energías renovables o más limpias a la hora de sustituir el gas por otro combustible, pero reconoce que podría ser necesario recurrir al carbón, el petróleo o la energía nuclear “como una medida temporal”, algo que ya han hecho algunos países.
Llama asimismo a los Estados a considerar incentivos a la reducción del consumo energético en la industria, por ejemplo, lanzando subastas o licitaciones para compensar por una cierta reducción o a través de ayudas públicas, para lo que ha enmendado sus normas de ayudas de Estado.
Otro “pilar importante” del ahorro serán los sistemas de calefacción y enfriado, según el plan de Bruselas, que sugiere fijar límites a la temperatura que puede alcanzarse en los edificios públicos, si bien la propuesta definitiva evita fijar umbrales concretos que sí se habían contemplado en los borradores iniciales.
La regulación y el plan de reducción del consumo tendrán que ser ahora debatidos y aprobados por los Estados miembros.
(Con información de AFP y EFE)
SEGUIR LEYENDO: