Corea del Norte podría enviar trabajadores a dos territorios controlados por Rusia en el este de Ucrania, según Alexander Matsegora, embajador de Rusia en Pyongyang. La medida, de concretarse, plantearía un desafío a las sanciones internacionales que pesan sobre el programa de armas nucleares de Corea del Norte.
Según NK News, un sitio web con sede en Seúl que fue citado este martes por The Guardian, Matsegora dijo que los trabajadores norcoreanos podrían colaborar en la reconstrucción de la infraestructura destrozada por la guerra en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en la región del Donbás.
Matsegora agregó que, potencialmente, había “muchas oportunidades” para la cooperación económica entre el Norte y las autoproclamadas repúblicas de la región ucraniana de Donbas, a pesar de las sanciones de la ONU.
En una entrevista con el periódico ruso Izvestia, afirmó que “los constructores altamente calificados y muy trabajadores norcoreanos, capaces de trabajar en las condiciones más difíciles, podrían ayudarnos a restaurar nuestras instalaciones sociales, de infraestructura e industriales”.
Sus comentarios se producen días después de que Corea del Norte se convirtiera en uno de los pocos países en reconocer los dos territorios, acusando al gobierno ucraniano de compartir la postura “hostil” de Washington hacia Pyongyang.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Norte dijo que “Ucrania no tiene derecho a plantear problemas o disputar nuestro ejercicio legítimo de soberanía después de cometer un acto que carece gravemente de equidad y justicia entre las naciones al unirse activamente a la política hostil injusta e ilegal de Estados Unidos en el pasado”.
En respuesta a dichas declaraciones, Ucrania decidió romper las relaciones diplomáticas con Corea del Norte y la acusó de socavar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo que el pedido de apoyo de Rusia a Corea del Norte mostraba que Moscú “no tenía más aliados en el mundo, excepto los países que dependen de él financiera y políticamente”.
Antes del episodio en cuestión, Ucrania ya había suspendido sus contactos políticos y económicos con Corea del Norte, en sintonía con las sanciones de la ONU destinadas a presionar a Pyongyang para que desmantele sus programas nucleares y de misiles balísticos.
Tradicionalmente, Corea del Norte ha apelado a enviar a sus ciudadanos a trabajar en el extranjero con el objetivo de adquirir la moneda extranjera que tanto necesita. Las sanciones de la ONU exhortaban a la repatriación de esos trabajadores a finales de 2019, pero, según los informes, un número significativo de trabajadores norcoreanos continuaron trabajando en Rusia y China, así como en Laos y Vietnam, después de la fecha límite.
Además, Matsegora dejó abierta la posibilidad de otro choque con la ONU por las sanciones después de sugerir que las fábricas y centrales eléctricas de Corea del Norte construidas durante la era soviética podrían usar equipos construidos en la región de Donbás, donde las fuerzas respaldadas por Moscú han estado luchando contra Ucrania desde 2014.
Eso también desafiaría una prohibición de la ONU impuesta a fines de 2017, sobre la adquisición de maquinaria industrial, equipos electrónicos y otros artículos por parte de Corea del Norte.
El diplomático reconoció que las sanciones podrían frustrar los intentos de establecer un vínculo comercial entre las repúblicas y Corea del Norte, pero dijo que los lazos económicos estaban “absolutamente justificados”, de acuerdo con NK News.
Go Myong-hyun, investigador del Instituto Asan de Estudios Políticos en Seúl, fue citado por NK News diciendo que la cooperación económica confirmaría que Rusia, un miembro permanente del consejo de seguridad de la ONU que impuso sanciones al Norte, se había convertido en un estado canalla.
“Una vez que Rusia viole las mismas sanciones que había autorizado, el consejo de seguridad se vería gravemente socavado”, dijo Go.
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