Parlamentarios de la Rada ucraniana reclamaron este lunes que se denomine a Rusia como un estado terrorista, en el marco de la invasión ordenada por Vladimir Putin y los miles de casos abiertos por crímenes de guerra, a casi cinco meses de su inicio.
“Es una guerra contra la humanidad. Es necesario reconocer a Rusia como un país terrorista. Sistemáticamente, todos los días comete genocidio. Lo hemos visto en todos los medios, edificios civiles atacados por misiles rusos, civiles inocentes son víctimas del terrorismo brutal. Todos los días matan a nuestros niños”, expresó por teleconferencia Oleksandr Merezhko, presidente del Comité de Política Exterior y Cooperación Interparlamentaria, en un encuentro organizado con legisladores y líderes políticos argentinos.
“Estamos del mismo lado, de la democracia”, remarcó. Según indicó, hay tres tareas prioritarias frente a la guerra: detener la agresión, reconstruir Ucrania y conseguir justicia. “El 40% de la economía está destruida por Rusia, están destruyendo a conciencia la economía para aniquilarnos. Necesitamos reconstruir ahora mismo, un plan”, urgió, sugiriendo que aliados internaciones intervengan los capitales rusos y de sus oligarcas para transferir ese dinero hacia las obras que urge el país.
En cuanto a la asignación de responsabilidades, indicó que es necesario que los criminales de guerra sean castigados, por lo que pidió apoyo para la creación de un tribunal internacional que revise las acusaciones.
En las últimas semanas las fuerzas rusas han llevado a cabo numerosos ataques sobre zonas civiles alejadas del frente de batalla, aunque el Kremlin se niega a reconocer las ofensivas y señala que son inventos de Kiev o que había blancos militares.
Por su parte, la diputada Olga Sovgyrya mostró cómo es la sirena que suena a diario en las ciudades del país y destacó que las tropas rusas “usan métodos medievales: ocupan ciudades, matan mucha gente, usan violencia contra las mujeres y niños, usan el hambre como arma de guerra, roban la comida”.
“Existe una catástrofe humanitaria en los territorios ocupados, no tienen comida, agua, luz, gas, son condiciones graves”, añadió.
Consultada por Infobae, explicó la necesidad de elevar al máximo la presión sobre el Kremlin. “Si Rusia es reconocida como un estado terrorista, todos los países deben rechazar y cortar sus relaciones a todos los niveles (con Moscú), una medida muy grave, es el tipo de sanción más alto. Es el objetivo principal”, remarcó.
“Todos los rusos apoyan a (Vladimir) Putin. No existen buenos rusos, todos deben ser castigados por violencia y por crímenes que han cometido las tropas. Necesitamos luchar juntos contra el régimen de Putin”, agregó la parlamentaria. Consultada sobre este punto, agregó: “Todos han elegido a Putin. En redes sociales se alegran por las matanzas de niños. Todos los ciudadanos deben entender que su gobierno ha cometido crímenes”.
Al respecto, su colega Mariia Ionova indicó: “No se trata solamente de Putin y su élite. Un 80% de los rusos apoyan el asesinato del pueblo ucraniano”. La diputada se refiere a las encuestas en las que el mandatario supera esa cifra de popularidad, un aumento de varios puntos con respecto a la imagen que tenía antes de la invasión. Ionova también destacó que la fiscalía ucraniana ha abierto más de 16 mil casos de crímenes de guerra y denunció que las tropas invasoras además “raptan a los niños, muchas veces huérfanos”.
También expuso Lila Roldán Vázquez, ex embajadora argentina en Ucrania (2007-2015), quien destacó que ha habido a lo largo de la historia una “permanente intención rusa, en sus diferentes encarnaciones, de sojuzgar al pueblo ucraniano”, manifestada en los últimos años con intromisión política y presiones económicas.
Pero resaltó que la ofensiva de Putin ha resultado precisamente en aspectos que el presidente ruso quería evitar. “Putin se enfrenta no solo a la dignidad y valentía de los ucranianos, también ha logrado algo que pretendía atacar: la unidad de Occidente. Ha logrado que forje una alianza renovada y fortalecida para apoyar a Ucrania”, apuntó.
En su análisis internacional, consideró que las sanciones y el aislamiento de una potencia es un fenómeno nuevo, y que la reconfiguración de las relaciones internacionales “fortalecerá el resurgimiento de las zonas de influencia, un concepto que había perdido fuerza” tras la caída de la bipolaridad tras la Guerra Fría.
El encuentro fue organizado con el apoyo de la agencia USAID e impulsado por diversas organizaciones como el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales y la Universidad Austral.
SEGUIR LEYENDO: