Varias grandes ciudades chinas, entre ellas Shanghái, están realizando nuevas pruebas masivas, como también extendiendo los confinamientos a millones de residentes para contrarrestar los nuevos brotes de infecciones por COVID-19, lo que ha provocado fuertes críticas en las redes. China ha informado de una media de alrededor de 390 infecciones locales diarias en los últimos siete días, por encima de las 340 de siete días antes, según cálculos de Reuters basados en datos oficiales.
Aunque se trata de una cifra ínfima en comparación con el resurgimiento en otras partes de Asia, China se mantiene firme en la aplicación de su política de cero COVID, consistente en eliminar los brotes tan pronto como surjan. Anteriormente, cuando un brote se convertía en un foco importante de contagios, los dirigentes locales se veían obligados a tomar medidas más duras, como cuarentenas de un mes a costa del crecimiento económico.
La persistencia de los brotes y el aumento de los confinamientos podrían aumentar la presión sobre la segunda economía del mundo, que se contrajo considerablemente en el segundo trimestre con respecto al primero, después de que los cierres generalizados por el COVID sacudieran la producción industrial y el gasto de los consumidores.
El nodo financiero de Shanghái, que aún no se ha recuperado del todo del duro confinamiento de dos meses en primavera y que sigue registrando casos esporádicos a diario, tiene previsto realizar pruebas masivas en muchos de sus 16 distritos y en algunas zonas más pequeñas en las que se han registrado nuevos contagios recientemente, después de realizar pruebas similares la semana pasada. “Hasta ahora sigue existiendo un riesgo epidémico a nivel comunitario”, dijo el Gobierno de la ciudad en un comunicado.
Shanghái informó de más de una docena de nuevos casos, pero no se encontró ninguno fuera de las zonas en cuarentena, según mostraron el lunes los datos del Gobierno local.
La ciudad septentrional de Tianjin, que lanzó múltiples rondas de pruebas masivas en los últimos meses para frenar brotes anteriores, dijo el lunes que está volviendo a hacer pruebas a sus más de 12 millones de residentes, después de que se encontraran dos infecciones locales. En la ciudad noroccidental de Lanzhou, el confinamiento en cuatro distritos principales con unos 3 millones de residentes que comenzó la semana pasada se ha extendido hasta el 24 de julio.
La capital, Pekín, después de una semana de cero contagios locales, detectó dos el lunes: un miembro de la tripulación de un vuelo internacional y el compañero de habitación de esta persona. Las autoridades han sellado los edificios afectados.
Las autoridades de la región meridional de Guangxi declararon a última hora del domingo que habían destituido a dos responsables de la ciudad de Beihai por haber actuado mal en su respuesta al COVID. Beihai, con una población de 1,9 millones de habitantes y que actualmente registra más de 500 infecciones, ha puesto en marcha múltiples rondas de pruebas masivas y ha cerrado algunas zonas. Hasta el domingo, más de 2.000 turistas estaban atrapados en la ciudad.
En la ciudad sureña de Cantón, el personal de control del COVID rompió las cerraduras de las puertas de los apartamentos sin el consentimiento de los residentes, lo que provocó una protesta en las redes sociales durante el fin de semana. El lunes, las autoridades de un distrito de Cantón pidieron disculpas a los residentes. El asunto fue uno de los temas más destacados en la red social china Weibo, similar a Twitter. “Es demasiado horroroso, demasiado ridículo”, escribió un usuario de Weibo. “Inhumano, sin ley”.
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