El crecimiento de la economía de China cayó al 0,4 por ciento en el segundo trimestre, un mínimo de dos años, según mostraron datos oficiales el viernes, tras los bloqueos por el covid-19 y un mercado inmobiliario empujando un objetivo del gobierno aún más fuera de alcance.
El PIB para el período de abril a junio en la segunda economía más grande del mundo también cayó un 2,6 por ciento en comparación con los primeros tres meses de este año, dijo la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS, por sus siglas en inglés).
La desaceleración se produce después de que la ciudad más grande de China, Shanghai, estuvo cerrada durante dos meses mientras luchaba contra el resurgimiento del covid-19, enredando las cadenas de suministro y obligando a las fábricas a detener sus operaciones.
Beijing se ha aferrado a una política de cero covid con cierres y largas cuarentenas, pero esto ha golpeado a las empresas y ha mantenido nerviosos a los consumidores.
“A nivel nacional, el impacto de la epidemia persiste”, dijo el NBS en un comunicado el viernes, señalando la reducción de la demanda y la interrupción de los suministros.
“El riesgo de estanflación en la economía mundial también está aumentando”, agregó el comunicado, y señaló que las incertidumbres externas estaban aumentando.
China solo ha registrado una contracción del PIB una vez en las últimas décadas, y los analistas esperan que la última lectura arrastre el crecimiento de todo el año a alrededor del cuatro por ciento, recortando estimaciones anteriores.
La producción industrial aumentó un 3,9 por ciento interanual en junio, frente al 0,7 por ciento de mayo cuando se relajaron los controles de covid. Las ventas minoristas repuntaron un 3,1 por ciento, tras caer un 6,7 por ciento en mayo. La tasa de desempleo urbano fue del 5,5 por ciento, por debajo del 5,9 por ciento de mayo, dijo el NBS.
INESTABILIDAD DEL MERCADO
Los datos surgen a raíz de los crecientes desafíos en el sector inmobiliario clave de China, que según algunas estimaciones representa una cuarta parte del producto interno bruto, con ventas de viviendas débiles en los últimos meses.
Un número creciente de compradores de viviendas también se niega a pagar sus hipotecas por temor a que sus casas no se construyan a tiempo.
Aunque hay señales de que la economía de China ha comenzado a recuperarse desde que Shanghai alivió las restricciones de confinamiento en junio, los analistas esperan que la presión sobre el consumo probablemente persista.
La noticia aumenta la presión sobre el liderazgo del Partido Comunista, que se está preparando para su 20º Congreso, cuando se espera que el presidente Xi Jinping asuma otro mandato de cinco años.
El jueves pasado, el primer ministro Li Keqiang dijo que las bases para la recuperación de China eran “aún inestables” y pidió más trabajo para estabilizar la economía.
Los economistas han cuestionado durante mucho tiempo la precisión de los datos oficiales chinos, sospechando que las cifras se manipulan por razones políticas.
(Con información de AFP)
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