El presidente estadounidense, Joe Biden, llegará este miércoles a Oriente Medio para una gira regional donde las autoridades israelíes urgirán una acción más firme contra Irán, antes de una delicada escalada en Arabia Saudita.
El gobernante de 79 años visitará Yeda el viernes, pese a que Biden calificó a Arabia Saudita como “paria” por el asesinato en 2018 del periodista disidente Jamal Khashoggi, radicado en Estados Unidos.
Su avión presidencial hará un vuelo directo sin precedentes entre el Estado judío y el conservador reino del Golfo, que no reconoce a Israel.
Antes de eso, Biden se reunirá con autoridades israelíes en busca de reforzar la cooperación contra Irán, así como con líderes palestinos frustrados por considerar que Washington no ha frenado la agresión israelí.
Irán e Israel eran aliados cuando Biden visitó la región por primera vez, en 1973 siendo senador, pero ahora el Estado judío considera a Teherán su principal amenaza.
El primer ministro israelí Yair Lapid, quien llegó al cargo hace dos semanas, afirmó que las conversaciones con Biden “se enfocarán primordialmente en el tema de Irán”.
DE JERUSALÉN A BELÉN
Las fuerzas armadas israelíes mostraron a Biden su nuevo sistema Iron Beam, un láser anti drones que se considera crucial para contrarrestar a los drones de Irán.
Israel insiste en que hará lo que sea necesario para contener las ambiciones nucleares iraníes, y se opone firmemente a la restauración del acuerdo nuclear de 2015 que alivió las sanciones contra Teherán.
Israel anunció que se levantarán mil banderas en Jerusalén para saludar a Biden, quien no ha revertido la polémica decisión de su antecesor, Donald Trump, de reconocer a esa ciudad como capital del Estado judío.
Los palestinos considerando que Jerusalén Este, anexada por Israel, es su capital y, antes de la visita, acusaron a Biden de incumplir su promesa de volver a convertir a Estados Unidos en un mediador imparcial en el conflicto.
“Solo escuchamos palabras vacías y nada de resultados”, reclamó Jibril Rajoub, un dirigente del movimiento secular Fatah, del presidente palestino Mahmud Abas.
Biden se reunirá el viernes con Abas en la ciudad de Belén, en Cisjordania ocupada, pero no se espera ningún gran anuncio para revivir el proceso de paz.
Israel, en tanto, se encuentra inmersa en el estancamiento político antes de las elecciones del 1 de noviembre, su quinta elección en menos de cuatro años.
NORMALIZACIÓN
Los vínculos de Washington con los palestinos se tensaron en mayo con la muerte de la destacada periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh, cuando cubría una incursión del ejército israelí en Cisjordania ocupada.
La ONU determinó que la reportera palestino-estadounidense murió por disparos israelíes, aunque Washington apuntó que no hay evidencia de que hubiera ocurrido intencionalmente.
La familia de Abu Akleh dijo estar “indignada” por la respuesta del gobierno de Biden, y la Casa Blanca no ha comentado sobre su solicitud de reunión con el presidente en Jerusalén.
En tanto, el viaje de Biden a Arabia Saudita es considerado como parte del esfuerzo por estabilizar los mercados petroleros, sacudidos por la guerra en Ucrania, al acercarse a un país que durante décadas fue aliado estratégico de Estados Unidos y un importante suplidor de crudo.
Israel espera que esa visita también sea el inicio de sus relaciones diplomáticas con Riad.
Con ayuda estadounidense, Israel amplió su alcance regional en 2020 al formalizar las relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, alcanzó tras sus acuerdos de paz de 1994 con Jordania y de 1979 con Egipto.
Aunque no se espera que Arabia Saudita reconozca al Estado judío en el futuro inmediato, un alto cargo israelí durante el martes que la visita de Biden es un paso importante.
(Con información de AFP)
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