Los legisladores franceses no aprobaron el lunes una moción de censura solicitada por una coalición de izquierda para marcar simbólicamente su oposición al gobierno y las políticas económicas del presidente Emmanuel Macron.
Aunque la votación fracasó, fue una nueva bofetada al liderazgo de Macron. Se produjo cuando los críticos de Macron en el parlamento cuestionaron sus estrechas relaciones con Uber y los cabilderos empresariales después de que una investigación de los medios internacionales revelara detalles de sus conversaciones con ejecutivos de Uber cuando Macron era ministro de finanzas de Francia.
La coalición de izquierda, conocida como Nupes, defendió la moción de censura tras el primer discurso importante de la primera ministra Elisabeth Borne ante la Asamblea Nacional después de las elecciones parlamentarias del mes pasado.
Solo 146 legisladores aprobaron la moción, muy por debajo de los 289 necesarios. Si bien muchos legisladores están enojados con las políticas de Macron, algunos partidos de oposición también están en contra de los izquierdistas y no se unieron a ellos en la votación.
“Emmanuel Macron es el presidente de los lobbies, que maneja para Uber”, dijo Mathilde Panot, líder de los Nupes en la Asamblea Nacional. Llamó a la votación un acto de “desafío” y un recordatorio de que muchos votantes ven a Macron como representante del mundo empresarial en lugar de trabajadores en apuros.
El gobierno de Macron dice que está tratando de hacer ambas cosas. Borne, defendiendo al gobierno en el parlamento, calificó la votación como una “táctica política” de los legisladores que están “enojados con la historia” porque ya no están en el poder.
Nupes es la mayor fuerza de oposición en la cámara baja del parlamento, con 151 escaños. La alianza centrista de Macron perdió su mayoría en las elecciones del mes pasado, pero aún tiene la mayor cantidad de escaños, con 250. El Partido Republicano conservador, que tiene 62 escaños, no participó en la votación.
La líder ultraderechista Marine Le Pen, que perdió en las dos últimas elecciones presidenciales francesas y acérrima opositora de los izquierdistas, denunció la moción de censura como una maniobra política destinada a “hacer desmoronarse la Quinta República”.
Aún así, hablando el domingo en la emisora francesa BFM, Le Pen dijo que su partido Agrupación Nacional, el mayor partido de oposición de derecha con 89 escaños, utilizará “todo el poder disponible que tenemos en el parlamento contra el gobierno”.
Las revelaciones de la investigación de Uber alimentaron la ira de los críticos de Macron.
“Tenemos un presidente de la república que quiere imponer un modelo (de negocios) estadounidense” en Francia, dijo el legislador del Partido Comunista, Fabien Roussel, en BFM. Acusó a Macron de engañar y tratar con ejecutivos y cabilderos de Uber a espaldas de sus compañeros.
Varios otros funcionarios de izquierda criticaron a Macron después de que un conglomerado internacional de periodistas de investigación, incluido el periódico francés Le Monde, revelara sus reuniones y comunicaciones con ejecutivos de Uber y sus cabilderos entre 2014 y 2016, cuando Macron era ministro de Economía y Finanzas. Un legislador del partido de extrema izquierda France Unbowed, Alexis Corbier, dijo que podría iniciarse una investigación sobre el asunto en el parlamento.
Uber ha estado operando en Francia desde 2011. Su aparición desató un furioso resentimiento de los sindicatos de taxistas franceses y años de batallas legales sobre regulaciones y protecciones para sus conductores.
Los aliados de Macron rechazaron las acusaciones de que hizo algo malo.
“Es asombroso que el país esté ofendido de que el ministro de economía se haya reunido con líderes empresariales”, dijo el lunes en la emisora CNews Aurore Berge, líder del partido Renaissance de Macron en el parlamento. “Afortunadamente, estaba haciendo su trabajo”.
Normalmente, un nuevo gobierno en Francia solicita un voto de confianza del parlamento para dar más legitimidad a su agenda. Pero después de que el partido de gobierno perdiera su mayoría, el Borne no corrió ese riesgo, rompiendo una larga tradición.
(Con información de AP)
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