El exministro británico Sajid Javid lanzó un ataque fulminante contra el liderazgo de Boris Johnson el miércoles, diciéndole a él y a sus compañeros legisladores en el gobernante Partido Conservador que era hora de que el primer ministro renunciara.
Javid renunció como ministro de Salud el martes, la primera de una serie de renuncias de ministros que dijeron que habían perdido la confianza en Johnson y que no estaba en condiciones de gobernar.
Considerado un posible contendiente para reemplazar a Johnson en caso de que renuncie o sea expulsado, Javid enumeró una serie de escándalos que habían envuelto al primer ministro y su oficina en los últimos meses, incluida la ruptura de las reglas de bloqueo del coronavirus, sobre las cuales le había dado a Johnson el beneficio de la duda.
“En algún momento, tenemos que concluir que ya es suficiente. Creo que ese punto es ahora”, dijo al parlamento mientras los legisladores se sentaban en silencio y Johnson escuchaba sin expresión.
“He concluido que el problema empieza arriba y creo que eso no va a cambiar. Y eso quiere decir que es para los que estamos en una posición que tenemos la responsabilidad de hacer ese cambio”.
Apenas unos minutos antes, un entusiasta Johnson había prometido seguir luchando y les había dicho a sus legisladores, que lo escuchaban con rostro sombrío, que seguía siendo un ganador de votos.
“‘NO ES JUSTO”
Javid dijo que no había sido justo enviar a los ministros del gobierno a defender a Johnson en los medios en los últimos meses por varios escándalos.
“No es justo para los miembros y votantes conservadores que esperan con razón mejores estándares del partido que apoyan”, agregó.
Era la segunda vez que Javid dejaba el gobierno. Renunció como ministro de Finanzas en 2020 después de negarse a despedir a sus asesores políticos como exigió Johnson. Regresó al año siguiente como ministro de salud.
Su condenatorio discurso de renuncia tuvo ecos del famoso pronunciamiento de Geoffrey Howe, otro afable ministro que renunció al gabinete de Margaret Thatcher en 1990.
El ataque cortés pero mordaz de Howe, en el que dijo que sus colegas tendrían que considerar su propia respuesta “al trágico conflicto de lealtades”, fue visto como un golpe crítico a su liderazgo.
“Les deseo lo mejor a mis colegas del gabinete. Puedo ver que han decidido permanecer en el gabinete. Tendrán sus propias razones, pero es una elección”, dijo Javid.
“Sé lo difícil que es esa elección. Pero seamos claros: no hacer algo es una decisión activa”.
(Con información de Reuters)
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