Boris Johnson enfrenta una nueva crisis política tras las renuncias de los ministros de Salud y Economía, luego del último escándalo que sacudió al Gobierno británico relacionado con una denuncia por conducta sexual impropia de uno de sus ministros.
El titular de la cartera de Economía, Rishi Sunak, renunció este martes al al considerar que el primer ministro no cumple los estándares de conducta y competencia requeridos para el cargo. Su dimisión se produce justo después de la de su colega del ministerio de Salud, Sajid Javid, quien alegó haber perdido “la confianza” en el jefe de Estado.
“El público espera con razón que el Gobierno se lleve a cabo de manera adecuada, competente y seria”, lo que no sucede en la actualidad, afirmó Sunak en su carta de renuncia.
El funcionario aseguró haber sido “leal” y haber apoyado en público al líder conservador, incluso cuando discrepaba con él “en privado”, y que intentó respaldar con fondos económicos las prioridades del primer ministro. Sin embargo, fustigó que el mandatario no estaba dispuesto a tomar “decisiones difíciles” en la economía y eso les ha llevado a discrepar en su enfoque, hasta el punto de que el llamado canciller del Exchequer ha optado por dimitir.
Javid, por su parte, reconoció que no puede, “en conciencia, seguir sirviendo en este Gobierno”. ”Soy una persona de equipo por instinto pero los ciudadanos británicos esperan acertadamente que haya integridad en el Gobierno”, apuntó.
El saliente ministro de Salud aseveró que los problemas que atraviesa el Partido Conservador “no se resolverán bajo el liderazgo” de Johnson, por lo que ha “perdido la confianza en él”.
Las renuncias se produjeron mientras Johnson se disculpaba por lo que, según él, fue un error al no darse cuenta de que Chris Pincher no era apto para un puesto en el Gobierno después de que se presentaron denuncias de mala conducta sexual en su contra.
“En retrospectiva, fue un error. Pido disculpas a todos los que se han visto afectados por ello”, manifestó el mandatario británico a los medios de comunicación.
Johnson ha estado bajo presión para que explique lo que sabía sobre las denuncias previas de mala conducta del legislador Chris Pincher desde el jueves, cuando Pincher renunció como jefe adjunto en medio de quejas de que manoseó a dos hombres en un club privado.
La explicación del gobierno ha cambiado repetidamente en los últimos cinco días, y los ministros inicialmente dijeron que Johnson no estaba al tanto de las denuncias anteriores de conducta sexual inapropiada en febrero, cuando ascendió a Pincher al puesto de jefe adjunto. Para el lunes, un portavoz dijo que Johnson sabía de las denuncias que “o bien se resolvieron o no progresaron a una queja formal”.
Eso no le cayó bien a Simon McDonald, el funcionario de mayor rango en el Ministerio de Relaciones Exteriores de 2015 a 2020. En un movimiento muy inusual, dijo el martes que la oficina del primer ministro todavía no decía la verdad. El Times de Londres publicó el martes un análisis de la situación bajo el titular “La afirmación de mentir pone en peligro a Boris Johnson”.
El escándalo se produce un mes después de que Johnson sobrevivió a una moción de censura en la que más del 40% de los legisladores del Partido Conservador votaron para destituirlo de su cargo. Las preocupaciones sobre el liderazgo de Johnson se vieron alimentadas por las respuestas cambiantes del primer ministro a meses de acusaciones sobre fiestas para romper el confinamiento en oficinas gubernamentales que finalmente resultaron en 126 multas, incluida una impuesta a Johnson.
Ante este contexto, la marcha de estos dos importantes ministros debilita la posición de Johnson, asediado por múltiples escándalos, y significa que, si se producen más salidas, podría incluso caer el Gobierno.
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