El ejército de Rusia anunció este jueves su retirada de la isla de las Serpientes, también conocida como Zmiinyi, una posición estratégica en el mar Negro conquistada por Moscú y que había sido objeto de bombardeos ucranianos en las últimas semanas.
“El 30 de junio, en señal de buena voluntad, las fuerzas armadas rusas cumplieron los objetivos fijados en la isla de Serpiente y retiraron su guarnición allí”, dijo el portavoz del ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
La isla rocosa, situada en el mar Negro, a unos 45 kilómetros de las costas ucraniana y rumana, fue tomada por Rusia al principio de la guerra en Ucrania. Ganó fama mundial cuando un guardia fronterizo ucraniano, Román Gríbov, que fue capturado con doce compañeros por los rusos, respondió con el dedo medio alzado a la exigencia de rendición de los comandantes del otrora buque insignia de la Flota rusa del mar Negro, el “Moskvá”, hundido en abril por Ucrania.
La isla tiene un gran valor estratégico, pues quien la domine tiene el control del mar, la tierra y el aire en la parte noroeste del mar Negro y el sur de Ucrania, con la importante ciudad portuaria de Odesa al alcance de la artillería.
El ministerio ruso de Defensa afirmó que la retirada era una demostración al mundo de que “Rusia no está impidiendo los esfuerzos de la ONU de organizar un corredor humanitario para enviar por barco productos agrícolas desde Ucrania”
Rusia agregó que “el balón está ahora del lado de Ucrania”, y acusó al país pro-occidental de no haber desminado aún su costa en el mar Negro.
Ucrania ha acusado a Rusia de robar sus granos, contribuyendo así a la escasez mundial de alimentos provocado por el bloqueo de exportaciones de productos agrícolas en puertos ucranianos.
Por su parte, el premier británico, Boris Johnson, dijo este jueves que la retirada de Rusia demuestra la inutilidad de los objetivos estratégicos del presidente Vladimir Putin en Ucrania. “Al final, resultará imposible para Putin sujetar un país que no acepta su gobierno”, dijo en una conferencia de prensa tras una cumbre de la OTAN en Madrid, al tiempo que subrayó la unidad de la alianza contra Rusia.
Con una longitud de 662 metros y una anchura de 440 metros, la isla albergaba complejos rusos de defensa aérea, tres unidades de sistemas de artillería de cohetes, un grupo de lanchas y unidades de fuerzas especiales, según el Departamento de Inteligencia Militar de Ucrania (GUR). Servía para dar cobertura a la aviación rusa y la Flota del mar Negro, entre otras ventajas estratégicas.
Por todo ello, Kiev quería recuperarla. El jefe del GUR, el mayor general Kyrylo Budanov, aseguró recientemente que los contraataques continuarán hasta que Zmiinyi esté liberada.
Hace poco las fuerzas ucranianas afirmaron haber destruido y hundido otro barco ruso, el remolcador “Vasili Bej”, cuando intentaba transportar armas y tropas de refuerzo a la isla.
Además, la semana pasada efectuaron dos contraataques contra la guarnición rusa en la isla y golpearon sendos complejos de misiles y cañones antiaéreos Pantsir-C1, una estación de radar y vehículos militares.
Según dijo entonces la inteligencia del Reino Unido, “la defensa costera de Ucrania ha neutralizado en gran medida la capacidad de Rusia para establecer el control del mar y proyectar una fuerza marítima en el noroeste del mar Negro”.
“Esto ha socavado la viabilidad del diseño operativo original de Rusia para la invasión, que implicaba mantener la región de Odesa en riesgo desde el mar”, opinó.
(Con información de AFP y EFE)
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