La censura en China es un tema que ya no sorprende. De hecho, hace poco se dio a conocer que el organismo de control de Internet del régimen elaboró un borrador de ley para regular los servicios de redes sociales y las plataformas de video revisando los comentarios escritos por los usuarios antes de que se publiquen.
Al respecto, una empresa de comercio electrónico constituida en las Islas Caimán y con sede en la provincia de Guangdong dijo ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos que el régimen chino “ha adoptado normas que regulan el acceso a Internet y la distribución de noticias y otras informaciones a través de la red”.
“De acuerdo con esta normativa, los proveedores de contenidos y editores de Internet tienen prohibido publicar o mostrar en Internet contenidos que, entre otras cosas, violen las leyes y reglamentos de la República Popular China, perjudiquen la dignidad nacional de China o sean reaccionarios, obscenos, supersticiosos, fraudulentos o difamatorios”, dijo la empresa, según un artículo de Richard L. Cassin.
Asimismo, el no cumplimento de estos requisitos podría provocar “la revocación de las licencias para ofrecer contenidos en Internet y otras licencias, y al cierre de los sitios web afectados”.
Los reguladores chinos ahora prestan mucha atención a los contenidos procedentes fuera del país. Su método de control son las etiquetas de localización, que muestran la ubicación de los usuarios debajo de las publicaciones y los comentarios. Las etiquetas de localización, basadas en las direcciones IP, se muestran automáticamente, según Richard L. Cassin.
Los chinos que publican desde el extranjero ya son “blanco fácil de los influencers nacionalistas, cuyos seguidores los acosan o denuncian sus cuentas”, señaló The New York Times el mes pasado.
Según medios afines al régimen, las etiquetas de localización sirven para “cortar la mano negra que manipula las narrativas detrás del cable de Internet”. Por otro lado, The New York Times aseguró que la Administración del Ciberespacio de China (CAC) publicó un proyecto de normativa que exige que las direcciones IP de los usuarios se muestren de forma “destacada”.
Desde febrero de este año la CAC exige que las cuentas de los “medios de comunicación propios” obtengan un “permiso de servicio de información de noticias en Internet”. El organismo también aplica nuevas normas que exigen que las empresas de plataformas con datos de más de un millón de usuarios se sometan a una revisión de seguridad antes de cotizar en el extranjero.
Asimismo, la Asociación China de Artes Escénicas, dependiente del Ministerio de Cultura y Turismo, advirtió que los famosos responsables de “socavar la unidad nacional” o “poner en peligro la seguridad nacional” se enfrentarían prohibiciones de la industria, según Richard L. Cassin.
Una empresa registrada en la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos que fabrica y vende bicicletas eléctricas en China dijo recientemente que “podría ser objeto de sanciones, incluida la confiscación de los ingresos, multas, suspensión del negocio y revocación de las licencias requeridas” por violar las normas de censura de China.
Además, afirmó que podrían “estar sujetos a una responsabilidad potencial por cualquier acción ilegal de nuestros clientes o usuarios de nuestro sitio web o por el contenido que distribuimos que se considera inapropiado”.
Los esfuerzos de China por reprimir la libertad de expresión y despreciar la protección de la privacidad de los datos entran en conflicto con las leyes y las normas éticas de otros países. Además, “las consecuencias de violar la compleja red de normas de censura de China podrían poner en peligro a los empleados y causar un daño comercial grave o catastrófico a las empresas”, de acuerdo a Richard L. Cassin.
Las infracciones son inevitables porque las empresas y sus empleados publicarán información accesible en China sobre uno o varios temas considerados “prohibidos”. Algunas empresas incluso se verán obligadas a hacerlo por leyes y reglamentos que exigen la divulgación, como las normas de la Comisión de Bolsa y Valores.
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