Rusia afirmó este martes que no atacó con misiles el centro comercial de Kremenchuk, en el centro de Ucrania, sino un almacén con armas y municiones de EEUU y de países europeos, que detonaron y provocaron “un incendio” en ese edificio anexo, en el que murieron al menos 18 muertos y todavía se buscan víctimas entre los escombros calcinados.
“El 27 de junio, en la ciudad de Kremenchuk, en la región de Poltava, las Fuerzas Aeroespaciales Rusas lanzaron un ataque con armas aéreas de alta precisión contra un almacén con armas y municiones de EEUU y países europeos en el territorio de una planta de maquinaria vial”, señaló el Ministerio de Defensa.
El portavoz castrense, Ígor Konashénkov, afirmó en su parte bélico matutino que, como resultado, “las armas y municiones de fabricación occidental almacenadas para su posterior envío a las tropas ucranianas en el Donbás fueron alcanzadas”.
“La detonación de municiones almacenadas provocó un incendio en un centro comercial que no estaba en funcionamiento ubicado al lado de la planta”, aseveró.
Esta afirmación es contraria a la que hizo la víspera el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien dijo que en el centro se encontraban en torno a un millar de personas y que el lugar no tenía valor estratégico ni militar. “El estado ruso se ha convertido en la organización terrorista más grande del mundo”, dijo anoche en su tradicional videomensaje.
Decenas de bomberos y miembros de los equipos de rescate continúan trabajando este martes en el centro comercial, donde, hasta ahora, se han contabilizado 18 muertos y 36 desaparecidos.
Según el Mando de la Fuerza Aérea de Ucrania, Rusia disparó misiles X-22 de bombarderos Tu-22M3, que despegaron desde la base aérea de “Shaykovka”, en la región rusa de Kaluga, y fueron lanzados desde la región de Kursk.
De acuerdo con el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danílov, como consecuencia del ataque, uno de los misiles destruyó completamente el centro comercial y otro golpeó el estadio de la ciudad.
La secretaria de Justicia de Ucrania, Iryna Venediktova, que dirige las investigaciones sobre posibles crímenes de guerra, dijo que el ataque de misiles era uno de los “crímenes contra la humanidad” de Rusia y señaló que el ejército ruso ha “atacado de forma sistemática infraestructura civil con el objetivo de asustar a la gente, de matar gente, de llevar el terror a nuestras ciudades y pueblos”.
Venediktova recalcó la necesidad de que los ucranianos de todo el país se mantengan alerta y añadió que debían esperar un ataque similar “cada minuto”.
Wayne Jordash, un abogado británico que trabaja con la oficina de Venediktova para investigar posibles crímenes de guerra, rechazó las afirmaciones de que una fábrica cercana al centro comercial fuera un objetivo militar.
“Los primeros indicios son que la fábrica que resultó alcanzada es una fábrica de construcción de carreteras, no un objetivo militar”, dijo Jordash. “Debemos investigar si hay objetivos militares cerca, y los primeros indicios como digo son que no hay ningún objetivo militar cerca”.
Los rescatistas trabajaban el martes entre los escombros calcinados por el ataque, en lo que el presidente de Ucrania describió como “uno de los atentados terroristas más temerarios de la historia europea”. Enormes columnas de humo negro, polvo y llamas naranjas se alzaban del lugar mientras los trabajadores de emergencias buscaban víctimas entre el concreto y piezas rotas de metal. Los drones sobrevolaban las ruinas, que seguían humeando horas después de que se extinguiera el fuego.
Las cifras de víctimas subían mientras los rescatistas buscaban entre los restos. El gobernador regional, Dmytro Lunin, informó de al menos 18 muertos y 59 personas que buscaron asistencia médica, de los que 25 fueron hospitalizados. La región declaró un día de luto el martes por las víctimas del ataque.
(Con información de EFE, AFP, AP)
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