El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, confirmó este lunes que el nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania incluye sistemas antiaéreos “avanzados”, tal y como habían adelantado medios estadounidenses.
En un encuentro con la prensa en el castillo de Elmau (sur de Alemania) que acoge desde el domingo la cumbre del G7, Sullivan dijo que Washington proporcionará a Kiev sistemas de defensa antiaérea de medio y largo alcance, así como municiones para artillería y sistemas de radares.
“Lo que estamos intentando hacer en este momento es ajustar nuestra asistencia militar a las necesidades particulares e inmediatas de los ucranianos en el campo de batalla en este preciso momento,” afirmó.
Según una fuente estadounidense, que pidió no ser identificada, Biden “ha hecho de la adquisición de sistemas avanzados de defensa aérea para Ucrania una prioridad”. Es “probable que esta semana se anuncie” la compra de NASAMS, un “sistema avanzado de defensa antimisiles tierra-aire de medio y largo alcance”, así como de otro armamento para ayudar a Ucrania a luchar contra la invasión rusa. El NASAMS es el mismo sistema que utiliza Estados Unidos para proteger el espacio aéreo sensible que rodea la Casa Blanca y el Capitolio de Estados Unidos en Washington.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, participó este lunes por videoconferencia en una reunión con los jefes de Estado y de Gobierno del G7 en la que se trataron temas “delicados”, según Sullivan, ya que versó sobre cuestiones de estrategia.
Zelensky hizo referencia a los ataques que sufrió el domingo Kiev y pidió sistemas de defensa antiaérea capaces de derribar misiles, según Sullivan.
Además, el presidente ucraniano subrayó que quiere acortar la guerra al máximo, agregó el asesor, y dio a entender que el objetivo de Zelensky es aprovechar todo lo posible los próximos meses para que Kiev esté en la mejor posición posible de cara a eventuales negociaciones.
Con respecto a la cuestión de un tope al precio del petróleo ruso, señaló que todavía no se ha llegado a un acuerdo final debido a la complejidad de la situación, ya que es “un nuevo tipo de concepto para lidiar con un reto particularmente nuevo”.
No obstante, un consenso a nivel del G7 sería “un paso adelante bastante drástico” que equivaldría a “uno de los resultados más significativos” de la cumbre.
En relación con la próxima cumbre de la OTAN en Madrid, Sullivan subrayó que el objetivo de Washington es resolver en la medida de lo posible los problemas vinculados al veto turco al ingreso de Suecia y Finlandia “antes y durante” el encuentro.
No excluyó la posibilidad de que el presidente estadounidense, Joe Biden, se reúna con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, aunque según dijo “no hay nada concertado por el momento”.
(Con información de EFE)
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