Los movimientos dentro de la estructura de poder iraní no cesan. En las últimas horas se conoció el cambio de mando en una dependencia clave de la Guardia Revolucionaria Islámica. El ayatollah Alí Khamenei bendijo la asunción del general Mohamad Kazemi como nuevo jefe de inteligencia de aquella fuerza. Reemplazará a un clérigo histórico: Hossein Taeb quien dirigía la división desde 2009. Nunca será dicho en voz alta, pero los reproches por las recientes muertes de altos oficiales iraníes habrían sido los detonantes de tan ruidoso enroque. Pero hay otro, quizás más oculto.
Desde hace aproximadamente un año los países enfrentados desde 1979 con el régimen de Teherán han estado armando un bloque militar de cooperación que ya estaría dando resultados en Medio Oriente. De esa sorpresiva y poderosa alianza participan estados que hasta hace pocos años no se reconocían ni mantenían vínculos diplomáticos entre sí: Israel y naciones árabes y musulmanas formaron hace meses un grupo de trabajo conjunto para repeler cualquier amenaza proveniente de Irán y sus satélites. La coordinación es absoluta en todas sus fuerzas armadas.
En este esquema -por el momento no público- intervienen países de la península arábiga como Bahrein y Emiratos Árabes como también Turquía, Marruecos, Sudán y Egipto. Se cree que Arabia Saudita también estaría interesada en formar pronto parte de la exclusiva alianza. Esto le ayudaría, aseguran analistas, a combatir las hostilidades que llegan desde el sur con financiamiento iraní. Las conversaciones estarían avanzadas.
De acuerdo a un alto funcionario que reveló a Infobae esta cooperación militar conjunta, los países involucrados realizan “múltiples actividades” y poseen “muchos intereses en común”. Pero sobre todo uno que los preocupa por sobre los demás: Irán. La nueva estructura de colaboración entre los ejércitos de la región comenzó a gestarse en 2021, cuando los Acuerdos de Abraham ya estaban firmes y más estados se sumaban.
A este esquema que involucra exclusivamente a las fuerzas armadas de cada país, los gobiernos fueron adhiriendo gradualmente al ver que los resultados contribuían a solidificar sus fronteras. “Es una nueva estructura que hace foco en la defensa. Es una oportunidad para Medio Oriente”, señala la fuente regional que prefiere mantener el anonimato. Esa “oportunidad” se basa en la confianza que están tejiendo entre sí estas naciones que durante décadas estuvieron enfrentadas.
Conversaciones diarias, comunicación continua y buena información de un lado y el otro son la garantía que poseen para que la colaboración prospere y avance en el futuro. “Somos profesionales. No sentimos animosidad. Al final del día, es hablar con personas con un mismo interés y objetivo”, repite el informante.
Los Acuerdos de Abraham fueron los que posibilitaron este acercamiento inédito. Los documentos fueron firmados el 15 de septiembre de 2020 en la Casa Blanca, por el ex primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el canciller de Emiratos Árabes Unidos, Abdullah bin Zayed y su par de Bahrein, Abdullatif Al Zayani. Donald Trump, entonces presidente de los Estados Unidos, fue el anfitrión de aquella cumbre histórica. Luego se sumarían Marruecos y Sudán. Estos vínculos refuerzan las ya consolidadas relaciones de Jerusalén con El Cairo, Ankara y Amán.
Lo que buscan estos auxilios militares recíprocos es la “estabilidad de la región”, según explica un alto militar de la península arábica que confirma la información. Para ello, es imperioso que puedan contener las amenazas de Teherán y el financiamiento que hace a sus satélites: los rebeldes hutíes en Yemén y Hezbollah en Líbano. Ese flujo incesante de dinero tiene múltiples orígenes: uno es el tráfico de petróleo venezolano y otro los sospechosos vuelos “comerciales” con aviones sancionados que unen aeropuertos de todo el mundo con el beneplácito de gobiernos amigos.
“Entendemos que hay factores desestabilizadores: Irán y sus representantes. Compartimos experiencias, información sobre amenazas, conocimiento, inteligencia. Pero cada país se defiende a sí mismo, la protección depende de cada uno de los países”, aclara la misma fuente aunque señala que en el actual contexto “ningún país puede defenderse sólo de la amenaza iraní”.
En Irán hay preocupación por ese novedoso movimiento militar en Medio Oriente. Nadie en la región cree que en Teherán estén tranquilos al observar que cada día que pasa la cooperación entre países enfrentados con su régimen se intensifica. Los nervios aumentan. Como la alianza militar en su contra en la región.
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