En su reunión cumbre en Bruselas, los jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea decidirán sobre el estatus de candidato para Ucrania y las perspectivas de otros estados dispuestos a unirse, en un trámite que quizás no resulte expeditivo. Si la invasión ilegal rusa en Ucrania aceleró la solicitud de ingreso de Kiev, también ha puesto en primer plano el proceso de adhesión de los países balcánicos.
Los partidarios de Ucrania tienen la esperanza de que el presidente del Consejo, Charles Michel, hasta ahora no habria recibido ninguna objeción durante los contactos para preparación para la cumbre, ni siquiera del húngaro Viktor Orbán, el conocido “saboteador” comunitario.
Las chances deberían ser igual para todos. Hace más de diez años que Montenegro inició las negociaciones, más de ocho años para Serbia. En cuanto a Albania y Macedonia del Norte, candidatos a ingresar desde 2005, las discusiones están estancadas, además de estar bloqueadas para Bulgaria.
Los analistas esperan que el debate que comienza sobre las perspectivas de Ucrania sea breve. Esta claro que la violenta agresión de Rusia y todas sus consecuencias se discutirán acaloradamente, incluida la dependencia energética de Moscú y las últimas amenazas contra Lituania o Estonia.
Hasta ahora la lentitud del proceso no preocupaba especialmente en la Europa central. Antes de la guerra, las perspectivas de ingresar a países pobres, con conflictos internos, inestabilidad política y a menudo corrupción no generaba entusiasmo.
La invasión ilegal y violenta sobre Ucrania hace temer nuevas acciones bélicas del Kremlin y esto moviliza conciencias. Se ha vuelto más urgente darle solidez a varias naciones europeas, para no extender el conflicto en el continente. Esto requiere de un mensaje político fuerte e inequívoco sobre su pertenencia a una Europa liberal y progresista.
Mientras esto sucede, el gobierno de Vladimir Putin está difundiendo acciones de la UE para bloquear la entrega de suministro a Kaliningrado, consideradas un relato para justificar una futura acción militar. El borrador de la cumbre hace mención sobre un aumento militar y nuevas sanciones contra Rusia. Además, Ucrania recibirá un paquete de ayuda de 9 mil millones de euros de la Comisión de la UE para 2022.
El debate sobre cómo considerar a los Balcanes Occidentales podría volverse un problema para los miembros. En la previa, los jefes de estado y de gobierno querían reunirse con los representantes de los seis países de la región. El miércoles por la tarde ni siquiera estaba claro si los jefes de gobierno de Macedonia del Norte, Serbia y Albania viajarían a Bruselas.
Hace pocos días, el ministro de Macedonia del Norte, Dimitar Kovačevski, en Bratislava, señalaba que “tras el ataque liderado por Rusia en Ucrania, y ante la influencia que ejercen terceros en la región de los Balcanes Occidentales, que son los países más vulnerables del continente europeo, la ampliación se ha convertido en una cuestión de seguridad”.
Bulgaria tambien pone objeciones. El país, que vio como el gobierno del primer ministro Kiril Petkov se derrumbó en una moción de censura en el parlamento, ha utilizado el veto para evitar que la UE inicie negociaciones de adhesión con Macedonia del Norte. Albania también se ve afectada por esto. Sofía exige que Macedonia del Norte reconozca primero las raíces búlgaras en su lengua, población e historia, así como los derechos de la minoría búlgara. Serbia y mantener estrechos vínculos con Rusia no facilitan su proceso de adhesión.
Pero tambien para Ucrania y Moldavia, el Consejo Europeo no quiere decidir sobre “más pasos”. Quiere que se hayan completado las reformas necesarias en términos de estado de derecho y lucha contra la corrupción. También se dice de Georgia que el futuro de este país esta dentro de la UE.
La presidencia francesa del Consejo de la UE busca saltar todas estas tensiones. Al gobierno de Francia le hubiera gustado mostrar al final de la cumbre con los líderes de los Balcanes Occidentales una foto de un continente unido y decidido a relanzar el proceso de ampliación, incluso si la adhesión de estos países es todavía una perspectiva lejana.
Pero el estado de candidato puede fallar tambien debido a estos países, decisión que debe ser tomada por unanimidad por los 27 estados. Austria ha advertido con vincular su apoyo a la adhesión a la UE para Ucrania y Moldavia con el progreso en los esfuerzos para expandir la UE a los Balcanes Occidentales. Puntualmente, hubo una demanda, entre otras cosas, para que a Bosnia-Herzegovina se le concediera el estatus de candidato a la adhesión a la UE.
Hay que sumar que Croacia y Eslovenia condicionan tambien su aprobación al progreso sobre estos países. Portugal, a partir de declaraciones de el primer ministro António Costa al Financial Times, dijo que su país “no consideraba adecuado otorgar el estatus de candidato a estados como Ucrania. Existe un gran riesgo de crear falsas expectativas, que luego podrían conducir a una amarga decepción” Luego se unieron escépticos como Holanda o Dinamarca.
Poco antes del inicio de la reunión de dos días, la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen (63) , advirtió que se apoyara el estatus de candidato para Ucrania. “Ahora depende del Consejo Europeo decidir y estar a la altura de la responsabilidad histórica que enfrentamos”, dijo.
Para, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, en su carta de invitación a los Veintisiete, la cumbre del jueves debería contentarse con pedir “revitalizar” el proceso de ampliación a los Balcanes.
Pese a la amargura de los líderes de los Balcanes, que verán el triunfo de Ucrania y Moldavia, el encuentro podría terminar con una nota positiva. Si los Veintisiete no dedican demasiado tiempo al veto búlgaro, Charles Michel podría sugerir nuevos métodos para negociar membresías. Un método pragmático que facilite el apoyo de la opinión pública al proceso de adhesión y cierre la brecha entre los miembros y candidatos.
Se espera que los jefes de estado y de gobierno de los estados de la UE reflexionen sobre el futuro del apoyo a Ucrania, cuando apremia las consecuencias económicas y las fisuras políticas internas de cada país empieza a exponerse. Un caso fue el de Italia, donde el primer ministro Mario Draghi, se ve cuestionado por socios políticos como el M5S, el Movimiento 5 estrellas. El jefe de gobierno, Pedro Sánchez, siente la presión de sus socios de Unidas Podemos
Un “Plan Marshall” como pidió el canciller Olaf Scholz, es la idea a futuro. Por ahora se habla de poner a disposición otros 500 millones de euros para la entrega de armas. Luego sigue la cumbre del G7 y la discusión en Madrid sobre la adhesión de Finlandia y Suecia al Tratado del Atlántico Norte. Todo esto, junto a una revisión histórica militar no vista desde la Guerra Fría.
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