El papa Francisco aseguró hoy que en Ucrania se ha repetido “el drama de Caín y Abel” y se ha desatado “una violencia destructora de vidas, una violencia diabólica”.
El papa pronunció estas palabras en su discurso a los representantes de las Obras para la Ayuda de la Iglesias Orientales (R.O.A.C.O.) que recibió hoy en el Vaticano y a quienes animó a seguir ayudando en Siria, o ante el conflicto del Tigray que afecta a Etiopía y a la vecina Eritrea, además de en Ucrania.
Sobre la guerra en Ucrania, el papa observó que “allí ha vuelto el drama de Caín y Abel. Se desató una violencia destructora de vidas, una violencia luciferina, una violencia diabólica, a la que los creyentes estamos llamados a reaccionar con la fuerza de la oración, con la ayuda concreta de la caridad, con todos los medios cristianos para que las armas den paso a las negociaciones”.
El pontífice deseó que “se cumpla pronto la profecía de paz de Isaías: que un pueblo no vuelva a levantar la mano contra otro pueblo” pero destacó que, por el momento, “van en dirección contraria: la comida disminuye y el estruendo de las armas aumenta”.
Y animó a “no dejar de rezar, de ayunar, de ayudar, de trabajar para que los caminos de la paz encuentren un lugar en la selva de los conflictos”.
El miércoles, el papa pidió que no se olvide a Ucrania ni “el sufrimiento de ese pueblo martirizado” al término de la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano y donde estuvo acompañado por tres niños de ese país en su recorrido inicial entre los miles de fieles reunidos para escucharle.
“No olvidemos a Ucrania, no perdamos la memoria del sufrimiento de ese pueblo martirizado”, dijo Francisco en la conclusión de la audiencia y cuando están a punto de cumplirse cuatro meses de la invasión rusa con la que comenzó la guerra, al tiempo que reveló: “Los niños que estaban conmigo en el papamóvil eran niños ucranianos”.
(Con información de EFE)
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