El Ministerio de Defensa de Japón reportó que ocho naves de Rusia y China atravesaron el estrecho de Tsushima y entraron en el Mar de Japón, pasando cerca de las aguas territoriales del país.
Según informaron las autoridades, entre las cinco naves rusas había un destructor. Estas embarcaciones había sido detectadas anteriormente frente al cabo Erimo, en el sur de Hokkaido, y desde allí navegaron a través de las islas Izu, que se extienden en el océano Pacífico al sur de la bahía de Tokio. El domingo, pasaron entre la isla de Okinawa y la de Miyako, en la prefectura de Okinawa. Luego navegaron hacia el norte, pasando por el estrecho de Tsushima.
A su vez, el martes, tres buques de la Armada china, incluidos destructores de misiles guiados, pasaron al oeste entre la isla de Sumisu y la de Torishima, en las islas Izu.
La armada china ha estado construyendo buques a un ritmo vertiginoso y ahora cuenta con la mayor fuerza naval del mundo por número de cascos.
Esos barcos también han ido creciendo en sofisticación, con el Tipo 055, también conocido como clase Nanchang, que presenta un diseño sigiloso y lleva misiles de defensa aérea y misiles de crucero antibuque y antiterrestres, así como torpedos.
La Defensa de Japón aclaró que ninguno de los buques extranjeros se adentró en aguas territoriales japonesas, pero expresó su alerta por la navegación en las cercanías desde hace más de una semana.
“Se trata de una evidente demostración de fuerza tanto de Rusia como de China”, dijo James Brown, profesor asociado de ciencias políticas de la Universidad de Temple en Tokio, en análisis para CNN.
Según destacó, son actividades de gran preocupación para Tokio. “No en vano, el seguimiento de los movimientos de las fuerzas militares rusas y chinas supone una carga para los recursos de las Fuerzas de Autodefensa de Japón”, explicó
El informe del gobierno japonés no señaló que las flotas de China y Rusia estén coordinando sus acciones, como lo han hecho en maniobras previas que circunnavegaron gran parte del archipiélago japonés.
Esa, según Brown, sería un escenario muy negativo para el gobierno del premier Fumio Kishida. “La pesadilla estratégica de Japón es una auténtica alianza entre Rusia y China”, dijo.
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