El Kremlin ordenó este martes la censura y el bloqueo absoluto del diario inglés The Telegraph por la cobertura que hace de la invasión rusa a Ucrania. De esta forma, el periódico británico se convierte en el primero de su país en ser prohibido en territorio ruso. “Las autoridades rusas han bloqueado el sitio web de The Telegraph por su información sobre la guerra en Ucrania”, señala el texto del medio londinense en su edición online.
El organismo de control de las comunicaciones del régimen comandado por Vladimir Putin confirmó que ordenó a los proveedores de Internet que bloquearan el diario en su edición digital tras una declaración del Fiscal General de que el periódico había estado “difundiendo información falsa sobre una operación militar especial de las fuerzas armadas rusas en Ucrania”.
“Operación especial en Ucrania” es el eufemismo que utiliza el Kremlin para referirse a la invasión ordenada por Putin el pasado 24 de febrero y que costó la vida a miles de personas. Moscú prohibió a su población manifestarse contra el sangriento avance al país vecino y emitió la orden de censurar palabras tales como “invasión” o “guerra” para referirse al sangriento ataque. Aquellos que incurran en esas “prohibiciones” podrían ser objeto de condenas de cárcel efectiva.
“La medida fue provocada por el fiscal que prohibió un artículo que el Telegraph publicó el 23 de febrero -el día antes de que Rusia invadiera Ucrania- sobre los crematorios móviles que se iban a desplegar en la guerra. El fiscal dictaminó que el artículo contenía ‘información falsa’ y lo incluyó en la lista de ‘información prohibida’”, señaló el medio inglés.
En un breve comunicado, el diario británico señaló: “The Telegraph está orgulloso de su información sobre la invasión de Ucrania y lamenta los intentos de Rusia de restringir la libertad de prensa”.
Crematorios móviles
La información de los crematorios móviles rusos no fue exclusividad de The Telegraph. Fueron las propias autoridades ucranianas las que denunciaron a las tropas invasoras por su uso en todo el territorio.
El 6 de abril, el alcalde de Mariupol, Vadym Boychenko, denunció este miércoles que las tropas rusas que mantienen cercada esa ciudad ucraniana “están tratando de tapar sus huellas” y han comenzado a operar con crematorios móviles para hacer desaparecer las “huellas de sus crímenes”.
En un mensaje en su canal de Telegram, el funcionario dijo que “después del genocidio generalizado cometido (en la ciudad de) Bucha, los principales líderes de Rusia han ordenado la destrucción de cualquier prueba de los crímenes cometidos por su ejército en Mariupol”, la ciudad portuaria del sur de Ucrania que está asediada y es objeto de bombardeos desde hace días.
“Hace una semana, algunas estimaciones cautelosas situaron el número de muertos en 5.000. Pero dado el tamaño de la ciudad, la destrucción catastrófica, la duración del bloqueo y la feroz resistencia, decenas de miles de civiles de Mariupol podrían haber sido víctimas de los ocupantes rusos”, subrayó.
En Mariupol, una ciudad a orillas del mar de Azov que llegó a tener medio millón de habitantes, apenas quedan unas 160.000 personas que, según el gobierno de Kiev, no disponen de agua, electricidad, medicinas ni otros servicios básicos debido a los ataques y el asedio de que son objeto desde hace semanas por las tropas rusas.
El alcalde de la ciudad cree que Rusia no tiene “ninguna prisa” por autorizar alguna operación humanitaria que logre evacuar por completo la ciudad y se está ocupando de silenciar a los testigos potenciales de las atrocidades que se están cometiendo.
También acusó a los rusos de “reclutar a terroristas locales” y miembros de brigadas especiales para que les apoyen en estos cometidos.
“El mundo no ha visto una tragedia de la magnitud de la que vive Mariupol desde los campos de concentración nazis”, reiteró Boychenko.
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