Una importante cumbre sobre biodiversidad retrasada por la pandemia se celebrará en Montreal (Canadá) en lugar de en China, como estaba previsto, según informó el martes la ONU, mientras Beijing continúa con su estricta política de cero contra el virus.
Un grupo de alrededor de 195 países pretende adoptar un nuevo acuerdo mundial para frenar el declive de la biodiversidad y salvaguardar la naturaleza en la cumbre COP15, que se ha retrasado tres veces y que en un principio iba a celebrarse en Kunming, en el suroeste de China.
La secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, el organismo de la ONU que está detrás de la conferencia COP15, dijo el martes en un comunicado que en su lugar los delegados se reunirían del 5 al 17 de diciembre en Canadá, “donde se espera que se adopte un nuevo acuerdo mundial para salvaguardar la naturaleza”.
No dio una razón para el cambio de lugar de la cumbre. Pero Beijing ha persistido en sus estrictas políticas de control de Covid, que incluyen cancelaciones de vuelos y requisitos de cuarentena a la llegada.
Los ecologistas ya habían advertido de que el acuerdo de alto nivel podría peligrar por los retrasos. La reunión congregará a miles de funcionarios y ministros, además de científicos, activistas medioambientales y periodistas.
Uno de los pilares centrales del pacto sobre la naturaleza previsto es la conservación de al menos el 30% de la tierra y los océanos del planeta para 2030.
Los negociadores se reúnen este martes en Nairobi para trabajar en un proyecto de texto de este marco global de biodiversidad que se adoptará a finales de este año.
Más de 90 líderes mundiales han firmado en los últimos dos años un compromiso para revertir la pérdida de naturaleza para 2030, afirmando que las amenazas interconectadas de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático son una “emergencia planetaria”.
Según el último informe Planeta Protegido del Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación de Naciones Unidas, sólo el 17% de los hábitats terrestres y alrededor del 7% de las zonas marinas estaban protegidas en 2020.
Los 196 miembros del Convenio para la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU -195 Estados y la Unión Europea, sin Estados Unidos- trabajan en un marco mundial para “vivir en armonía con la naturaleza” de aquí a 2050, con una etapa en 2030. En este texto, que algunos esperan tan ambicioso como el Acuerdo de París sobre el Clima, se trata de proteger al menos el 30% de las tierras y océanos de aquí a 2030, reducir la contaminación plástica y agrícola o garantizar la correcta aplicación de los objetivos adoptados.
Los Estados han incumplido sus compromisos en la última década y la degradación de la naturaleza, que proporciona agua potable, aire y alimentos, continúa a un ritmo frenético.
“Es importante aumentar la protección de la naturaleza, la restauración de las zonas degradadas y evitar nuevas degradaciones de hábitats naturales por el desarrollo de infraestructuras y la contaminación”, resume Linda Krueger de la ONG The Nature Conservancy.
La cuestión de la financiación estará en el centro de los debates, pues divide a los países en desarrollo y a los países desarrollados.
En la clausura de la reunión de Ginebra, una coalición de países de África, Suramérica y Centroamérica sorprendió al pedir “al menos 100.000 millones de dólares al año en un primer momento y luego 700.000 millones de dólares al año de aquí a 2030 y más allá”, sumas que según los países ricos son inalcanzables.
(Con información de AFP)
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