Una mujer de 63 años de la prefectura de Chiba en el gran Tokio fue acusada de maltrato animal por mantener en deplorables condiciones a los 221 perros que le hacen compañía.
De acuerdo con los reportes de la prensa local, la mujer vivía sola con sus animales, los cuales se encontraban en un grave estado de hacinamiento e insalubridad.
Los vecinos de la mujer se quejaban constantemente de los olores a heces y orina de los perros, lo que a menudo los obligaba a cerrar las ventanas de sus propias casas para intentar bloquear el hedor.
Los aullidos de las mascotas también eran una molestia constante, pues se podían escuchar durante toda la noche. Los vecinos reportaron que varios de los animales tenían infecciones y enfermedades en la piel. Los perros mantenían los ojos rojos e inflamados, y sus pelajes sucios, incluso con sus propias heces adheridas al pelo.
En Japón, los derechos de los animales han estado en el centro de una creciente preocupación tras los recientes casos de acaparamiento de animales. En noviembre de 2020, los funcionarios de salud encontraron 164 perros demacrados e infestados de parásitos en la casa de un hombre ubicada en el oeste de Japón. Un año más tarde, los funcionarios del gobierno local en la prefectura del sur de Hyogo encontraron 250 gatos en las dos casas de un hombre.
El acaparamiento de animales se ha convertido en una preocupación tan grande que fue un tema clave en las elecciones generales de Japón el otoño pasado. Presionados para aumentar la protección de los animales, los funcionarios revisaron la ley de protección animal e impusieron una pena de prisión de hasta un año o una multa de hasta 1 millón de yenes (7.433 dólales), si se descubre que alguien abusa de los animales sometiéndolos a malas condiciones de vida o hacinamiento.
Aunque a Yumiko Takemoto, vicepresidenta de Animal Life Matters Association, un refugio de rescate de animales involucrado en el caso de los 221 perros, nunca se le permitió ingresar a la casa del dueño, describió la casa como “llena” de perros.
“Si mirabas dentro de su casa, podías ver perros uno encima del otro cerca de la puerta de entrada, en el pasillo, subiendo las escaleras, y me preguntaba si había un lugar para que comiera un ser humano”, dijo a la prensa local.
Takemoto dijo que en las tres ocasiones que visitó, la dueña se mantuvo firme en no renunciar a sus mascotas. “Nos ofrecíamos a llevarnos algunos de los perros y le permitíamos elegir a qué mascotas renunciar, pero ella decía que estaba cansada y se negaba a renunciar a ellos”, explicó.
Según Takemoto, la dueña de las mascotas nunca tuvo la intención de dejar que su población de perros se fuera de control. Hace diez años, la mujer solo tenía un puñado de mascotas, pero los animales seguían reproduciéndose.
Takemoto dijo que los perros rescatados ahora están en proceso de encontrar nuevos hogares. “Aunque alguna vez estuvieron cubiertos de heces, la gente todavía está interesada en adoptarlos”, afirmó.
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