La empleada, Haze Fan, había sido detenida en su domicilio, en diciembre de 2020, por “sospechas de participación en actividades que ponen en peligro la seguridad nacional”, una acusación que puede desembocar en años de prisión en el país comunista asiático.
La agencia Bloomberg indicó este martes que fueron puestos al tanto de la liberación de Fan, pero que no se había podido comunicar con ella. El jefe de redacción de la agencia, John Micklethwait, se dijo “aliviado” por la noticia.
Una publicación de la embajada de China en Washington público el mes pasado una liberación bajo fianza de Haze Fan desde enero, “en espera de un juicio”.
Fan, que había trabajado para varios medios internacionales en China, fue contratada por Bloomberg en 2017. Según la embajada, los cargos en su contra “no tienen ninguna relación” con su estatuto de empleada de un medio extranjero.
Los ciudadanos chinos no están autorizados a trabajar como periodistas para medios extranjeros más que como “asistentes de redacción”. La detención de Haze Fan se produjo pocos meses después de la de una periodista australiana de origen chino, Cheng Lei, en un marco de tensiones entre los dos países.
Cheng Lei, expresentadora de cadena CGTN (que difunde las posiciones de China) compareció ante un tribunal en marzo, tras 18 meses de encarcelamiento, bajo la acusación de “divulgación de secretos de Estado en el extranjero”.
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