Los miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) decidieron este sábado enviar una misión a China con el objetivo de investigar las denuncias de trabajo forzado y de discriminación contra las minorías étnicas y religiosas de la región de Xinjiang.
La asamblea anual de la OIT decidió enviar una “misión técnica” a China para “evaluar la situación”, sin llegar a que sea una investigación de alto nivel, tal como solicitaron Estados Unidos, Reino Unido y otros países.
Durante las dos semanas de la asamblea de la OIT un comité estudió si China respeta las prácticas laborales globales. Todo ello se produce en medio de denuncias de abusos laborales por razones étnicas y religiosas en la región de Xinjiang, en especial contra la minoría uigur.
En sus conclusiones, el comité “deploró el uso de las medidas represivas contra el pueblo uigur, lo que tiene consecuencias en sus oportunidades laborales, y el trato del que es objeto como minoría étnica y religiosa en China”.
El organismo hace asimismo a Pekín una serie de recomendaciones, incluyendo el “inmediato cese de prácticas discriminatorias contra la población uigur y otros grupos étnicos minoritarios, incluido el internamiento o encarcelamiento sobre bases religiosas con objetivos de desradicalización”.
China ha negado reiteradamente todas las acusaciones y afirma que los campos de trabajo son centros de formación profesional destinados a reducir el atractivo del islamismo extremista.
La OIT pide finalmente a Pekín aceptar la misión técnica de la OIT, a la que se solicita un informe antes del 1 de septiembre próximo.
En cambio, China reaccionó con enojo a las decisión de la OIT. Su representante gubernamental, Qian Xiaoyan, insistió en que los comités de la OIT no deben “utilizarse como instrumentos políticos de algunos países occidentales para denigrar a China”.
Todo ello se produce semanas después de la visita de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, a China, en la que pidió a Pekín terminar con las “medidas arbitrarias e indiscriminadas” durante la represión en Xinjiang.
El director ejecutivo de la ONG Human Rights Watch, Kenneth Roth, consideró “desastrosa” la reciente visita a China de Bachelet, y subrayó que debería sucederle en el cargo alguien “menos diplomático” y más crítico frente a los abusos.
En una rueda de prensa para analizar la situación global de los derechos humanos, Roth, quien deja la dirección de HRW en agosto tras casi 30 años, aseguró que el viaje de Bachelet a China, del 23 al 28 de mayo, “no pudo ir mejor para el Gobierno chino en su esfuerzo por ocultar las detenciones masivas y los abusos en Xinjiang”.
Gobiernos occidentales y organizaciones de derechos humanos acusan a China de haber detenido en campos de reeducación a más de un millón de uigures y miembros de otras minorías musulmanas, pero Bachelet “adoptó la retórica de Pekín” y se refirió a esos campos como “centros de formación educacional y vocacional”, lamentó Roth.
Con información de EFE y AFP
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