Las autoridades ucranianas aseguraron este domingo que su conflicto con Rusia se convirtió en una guerra de desgaste y que necesitan un envío constante de ayuda militar hasta que derroten al ejército ruso.
“Nos hemos adentrado en una guerra de desgaste y necesitamos un apoyo constante. Occidente debe entender que su ayuda no puede ser puntual, sino constante hasta nuestra victoria”, dijo la ministra adjunta de Defensa, Ganna Malyar, en declaraciones a la prensa local.
Estados Unidos y numerosos Estados europeos enviaron armas a las autoridades ucranianas, además de recursos económicos para que modernicen su ejército, aunque se muestran cautelosos con estos envíos para no ser considerados países cobeligerantes.
Por otra parte, los nuevos envíos de armas estadounidenses a Ucrania “refuerzan el riesgo” de un enfrentamiento militar entre Rusia y Estados Unidos, advirtieron las autoridades rusas.
“Cualquier entrega de armas que continúe, o que aumente, refuerza el riesgo” de una deriva de este tipo, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, en declaraciones a la agencia RIA Novosti, tras ser preguntado por un posible conflicto armado entre Washington y Moscú.
Aunque no se trata de sistemas de largo alcance, representan un aumento significativo de las capacidades ucranianas. Estas armas forman parte de una nueva batería de ayuda militar estadounidense, valorada en 700 millones de dólares, cuyos detalles serán precisados este miércoles.
En ese sentido, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, acusó a Washington de tensar la situación. “Creemos que Estados Unidos echa leña al fuego deliberadamente (...) Estas entregas (de armas) no alientan a los dirigentes ucranianos a relanzar las negociaciones de paz”, dijo el vocero.
Estados Unidos anunció el martes el envío a Ucrania de los sistemas Himars (High Mobility Artillery Rocket System), unos lanzacohetes múltiples que tienen un alcance de unos 80 kilómetros.
Desde el inicio del conflicto, el presidente estadounidense, Joe Biden, vigiló en no aportar una ayuda militar a Ucrania que convierta a Estados Unidos en un país cobeligerante. Según anunció Washington, el sistema de cohetes permitirá a Ucrania “impactar más precisamente a sus objetivos clave en el campo de batalla”, pero se planea limitar su alcance para evitar que se usen en blancos en territorio ruso. “No vamos a enviar a Ucrania sistemas de misiles que puedan impactar dentro de Rusia”, reiteró Biden el lunes. Los “ucranianos han dado garantías de que no usarán estos sistemas contra el territorio ruso”, puntualizó un oficial estadounidense.
Se trata de una versión modernizada del sistema M142 Himars, montado en un ágil sistema sobre ruedas y más livianos que la versión sobre orugas del M270 MLRS desarrollado en los años 70. El sistema Himars tendrá un alcance promedio de 80 kilómetros con una batería precargada de seis misiles guiados de 227 mm (los M270 tienen dos), o bien una carga de misiles tácticos ATACMS, según oficiales estadounidenses.
Las negociaciones de paz entre Kiev y Moscú están encalladas desde finales de marzo, cuando Rusia anunció una retirada de sus tropas de los alrededores de Kiev y anunció que se concentraba en el Donbás, en el este de Ucrania.
(Con información de AFP)
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