Volodimir Zelensky pronostica la derrota de Rusia por la posible ausencia de Vladimir Putin, la moral de sus tropas en el frente de combate y la asimetría que debería haber entre el arsenal de Ucrania y las armas convencionales que están a disposición del Kremlin.
El líder europeo considera que la suma de estos factores terminarán por volcar el resultado de la guerra a favor de la coalición bélica que encabezan Estados Unidos y Europa. El uso de armas bacteriológicas, químicas o nucleares puede implicar un hecho disruptivo en la guerra, pero Zelensky considera que Putin todavía descarta utilizar ese arsenal distópico.
Los pronósticos del Presidente de Ucrania se definen durante las reuniones que mantiene con su staff en el bunker que ocupa en Kiev. Zelensky recibe información de inteligencia desde Estados Unidos, Europa y Medio Oriente, además de los recursos propios que operan sobre el campo de batalla.
Un paper de Washington tienen suficiente capacidad para diseñar una operación táctica en el terreno, pero los restos de comidas, municiones y documentos recogidos en las zonas recuperadas también permiten entender qué está sucediendo detrás de las líneas enemigas.
En los análisis sobre el desarrollo de la guerra que hacen Zelensky y su estado mayor se considera un hecho clave la situación política y personal de Putin. Desde esta perspectiva, el presidente de Ucrania evalúa que la desaparición de Putin -física o institucional- terminaría con el conflicto en pocas semanas.
En términos estratégicos, los asesores directos de Zelensky reconocen que hay una situación de estancamiento: Rusia consolida sus posiciones en el Dombas, y Ucrania recupera sus propios territorios en el este. Sin embargo, ese equilibrio en el centro del tablero se quebraría en las próximas semanas por la suma del armamento proporcionado por Occidente más la moral de las tropas que combaten de noche y de día.
El complejo militar-industrial de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, Israel y Canada es más productivo que las fábricas de armamentos que controla el Kremlin. Y los armamentos, sistemas de apoyo logístico e inteligencia aportados por Washington, Londres, París y Berlín son más efectivos que los pertrechos de origen ruso o chino que pueden llegar a la zona de conflicto.
Es la aplicación de la matemáticas al escenario bélico: Putin no tiene escala suficiente para competir con la calidad y cantidad de armamentos e inteligencia que Ucrania recibe de Occidente. El tiempo juega a favor del país invadido, y ese factor inexorable pone contra las cuerdas al Kremlin.
La historia militar asegura que la moral de las tropas son un aspecto clave en los conflictos. Estados Unidos comprobó la tesis en Vietnam y la Unión Soviética (Rusia, ahora) en Afganistán. Un soldado local motivado por su bandera es un recurso bélico más efectivo que un oficial foráneo que todas las noches se pregunta porqué pelea una guerra que le parece ajena.
Zelensky se apalanca en las decisiones diplomáticas y económicas que afectan a Rusia, pero su preocupación básica es el campo de batalla y la situación de las ciudades que sufren los daños colaterales del conflicto. El Presidente de Ucrania recibe información sistemática sobre el abastecimiento de alimentos y combustibles, y prepara un discurso diario para alentar a una sociedad que desea recuperar su vida de antes de la guerra.
En su bunker de Kiev, el presidente de Ucrania asegura que el conflicto se extenderá al menos un año. Y que podría haber dos etapas diferenciadas: la recuperación del terreno cedido al comienzo de la ofensiva rusa y la derrota final del Kremlin con la liberación de Crimea.
A cien días de la invasión ilegal ejecutada por Rusia, Zelensky ya derrotó las especulaciones previas que imaginaban a Putin ocupando Kiev en pocas semanas. Y ahora busca coronar una victoria que termine con la guerra y coloque a Ucrania en una posición privilegiada del tablero internacional.
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