Un grupo de 10 soldados rusos, identificados y denunciados, fue acusado de robar objetos personales de civiles no relacionados con los objetivos militares en Bucha, suburbio de Kiev, violando así leyes y costumbres de una guerra.
“Según la investigación, entre el 24 de febrero y el 31 de marzo de 2022, militares de la unidad militar de la Guardia Nacional de la Federación Rusa durante la ocupación de Bucha saquearon los objetos de valor de la población local”, informó este jueves la Fiscalía General de Ucrania en un comunicado divulgado por Telegram.
“Con el único propósito de obtener beneficios personales, los militares rusos confiscaron bienes privados de los ciudadanos que no podían ser utilizados para fines militares: desde ropa interior y prendas de vestir hasta grandes electrodomésticos”, añadió el texto de la Fiscalía.
Bucha es el símbolo de los crímenes de guerra atribuidos a las tropas rusas en el comienzo de su invasión a Ucrania. El gobierno de Volodymyr Zelensky descubrió allí cientos de cadáveres de civiles ucranianos tras la salida de los soldados rusos el 31 de marzo.
“Después de la liberación de los territorios de la región de Kiev, los ocupantes, al retirarse a Bielorrusia, desde Mozyr enviaron por correo a sus familiares los bienes saqueados en Ucrania”, detalló la Fiscalía General, sobre dicho robo de objetos personales, que forma parte de una investigación penal de la Policía Nacional de Ucrania.
“Actualmente se está resolviendo la cuestión de declarar a los sospechosos en la lista internacional de personas buscadas”, añadió la fiscalía.
El pasado 23 de mayo un soldado ruso que se declaró culpable de matar a un civil fue condenado por un tribunal ucraniano a cadena perpetua -la pena máxima-, en medio de indicios de que el Kremlin podría celebrar sus propios juicios, en particular de los combatientes capturados que resistieron en la planta siderúrgica de Mariúpol.
En el primero de lo que podría ser una multitud de juicios por crímenes de guerra dentro de Ucrania, el sargento ruso Vadim Shishimarin, de 21 años, fue condenado por el asesinato de un hombre de 62 años que recibió un disparo en la cabeza en un pueblo de la región nororiental de Sumy en los primeros días de la guerra. Shishimarin, miembro capturado de una unidad de tanques, pidió disculpas a la viuda del hombre en el tribunal.
Los fiscales ucranianos están investigando miles de posibles crímenes de guerra. Las fuerzas rusas bombardearon en Mariúpol un teatro donde se refugiaban civiles y atacaron un hospital de maternidad. Tras la retirada rusa de los alrededores de Kiev hace semanas, se descubrieron fosas comunes y las calles quedaron sembradas de cadáveres en ciudades como Bucha. Los casos difíciles pueden tener que ir a la Corte Penal Internacional de La Haya.
(Con información de AFP y AP)
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