Las ruinas de una antigua ciudad perdida en Irak aparecieron entre las aguas tras la terrible sequía que se experimentan en el país a causa de las fuertes temperaturas que han azotado este verano.
Los terribles efectos del cambio climático drenaron un embalse en el río Tigris, revelando la reliquia arqueológica que sorprendió a los expertos y los puso a trabajar contra reloj para excavar, cartografiar y proteger el sitio antes de que las aguas vuelvan a cubrirlo.
Aunque el nombre moderno del sitio es Kemune, los expertos sospechan que es la ciudad perdida de Zakhiku, un importante centro del Imperio Mitanni de la Edad del Bronce que fue destruido por un terremoto hace 3.400 años. En un giro surrealista, los restos del asentamiento reaparecen periódicamente como resultado de un tipo diferente de desastre, el cambio climático provocado por el hombre, que ha sido particularmente devastador para Irak. Antes de estos resurgimientos recientes, la ciudad perdida no se veía por décadas.
La nación ha sufrido un calor tan extremo y escasas precipitaciones que su depósito de agua más importante, ubicado en el Tigris, se ha drenado a niveles que exponen la antigua ciudad y sus tesoros, incluidas aproximadamente 100 tablillas cuneiformes que afortunadamente se han conservado bajo el agua.
Un equipo de arqueólogos kurdos y alemanes que conocían Kemune desde hace años, pudieron realizar una breve visita cuando las ruinas resurgieron en 2018. Cuando los niveles del agua volvieron a bajar en diciembre, el grupo buscó apresuradamente regresar a las tentadoras ruinas antes de que desapareció en el depósito de nuevo. En cuestión de meses, la colaboración pudo mapear los contornos de la ciudad, documentar numerosos artefactos y cubrir el sitio con láminas de plástico para evitar una mayor erosión ahora que está, una vez más, inundado.
“Los resultados de la excavación muestran que el sitio era un centro importante en el Imperio Mitanni”, concluyó el arqueólogo kurdo Dr. Hasan Ahmed Qasim, presidente de la Organización de Arqueología de Kurdistán y líder del equipo de excavación, en el comunicado.
Qasim, junto con sus colegas líderes Ivana Puljiz de la Universidad de Freiburg y Peter Pfälzner de la Universidad de Tübingen, ya habían descubierto los restos de un palacio con paredes de 20 pies de altura durante su visita a Kemune en 2018. En su última excavación, documentaron nuevos edificios, incluido un muro defensivo y torres, un centro industrial y un enorme centro de almacenamiento que probablemente contenía productos importados. El equipo también destacó la extraordinaria conservación de las murallas de la ciudad, algunas de las cuales tienen varios pies de altura.
El descubrimiento de las antiguas tablillas cuneiformes es quizás el resultado más emocionante de la apresurada expedición. Estos bloques antiguos pueden contener mensajes escritos que podrían abrir una rara ventana a la vida cotidiana del Imperio Mitanni.
“Es casi un milagro que las tablillas cuneiformes hechas de arcilla sin cocer sobrevivieran tantas décadas bajo el agua”, dijo Pfälzner en el comunicado.
Pero las ruinas de Kemune también ofrecen una terrible advertencia sobre la vulnerabilidad de nuestra propia civilización al cambio climático provocado por el hombre, que está exacerbando las sequías extremas en Irak y representa una gran amenaza para otras comunidades en todo el mundo.
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