Matar mirando a los ojos: feroces combates callejeros en la ciudad ucraniana de Severodonetsk donde hay 15.000 civiles atrapados

Las tropas rusas avanzan en su objetivo de conquistar la región industrial del Donbás. Ya controlan más de la mitad de la ciudad a orillas del río Donets. Todos los corredores humanitarios están suspendidos.

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Dos mujeres de Sverodonetsk observan el paso de helicópeteros rusos que se dirigen hacia el centro de la ciudad donde se combate casa por casa. (Reuters)
Dos mujeres de Sverodonetsk observan el paso de helicópeteros rusos que se dirigen hacia el centro de la ciudad donde se combate casa por casa. (Reuters)

El combate urbano es desgarrador. El enemigo está tan cerca que se lo puede ver a los ojos. Disparar de una vereda a la otra es saber a quién se está matando. Esto es lo que está sucediendo en este momento en las calles de Severodonetsk, una ciudad de 120.000 habitantes a orillas del río Siverskyi Donets, en el Este de Ucrania, donde se juega la suerte de toda la provincia de Luhansk y es clave para cerrar el círculo de la perla que tanto codicia Vladimir Putin: la rica región del Donbás, el centro carbonífero e industrial más importante de Europa del Este.

“La mitad de la ciudad fue capturada por los rusos y se están produciendo feroces combates callejeros”, relató desesperado el alcalde Oleksandr Striuk a la televisión nacional ucraniana. “La situación es muy grave y la ciudad está siendo esencialmente destruida sin piedad cuadra a cuadra”.

Mientras Striuk hablaba por su teléfono satelital se escuchaba de fondo el retumbar permanente de la artillería rusa que está bombardeando constantemente el centro de la ciudad desde el sábado pasado. Ya se sabía que éste iba a ser el próximo objetivo de los rusos y la gran mayoría de los habitantes de Severodonetsk había huido, pero aún quedan unos 15.000 civiles atrapados en los refugios y edificios de la periferia. Y como sabemos se trata de los más desprotegidos, los que carecen de recursos para escapar, los incapacitados o ancianos y los que no se atreven a dejar su lugar en el mundo. Están bajo las bombas y a tiro de los soldados rusos que avanzan metro a metro.

Un tanque ruso entrando a Severodonetsk. En el centro de esta ciudad de 120.000 habitantes se registran combates calle por calle por el control de esta región industrial a orillas del río Dniper. (Reuters)
Un tanque ruso entrando a Severodonetsk. En el centro de esta ciudad de 120.000 habitantes se registran combates calle por calle por el control de esta región industrial a orillas del río Dniper. (Reuters)

El gobernador de la región de Luhansk, Sergiy Gaidai, ya se prepara para lo peor. Dijo que las tropas ucranianas que defienden la ciudad podrían retirarse a través del río Donets hacia la ciudad de Lysychansk, que se encuentra en la margen occidental, para escapar del cerco. La captura de estas ciudades gemelas daría a Moscú el control efectivo de Luhansk y permitiría al Kremlin declarar alguna forma de victoria después de más de tres meses de guerra.

La artillería rusa bombardea sin cesar y avanza desde tres puntos en una operación de pinzas que sólo podría haber sido desbaratada si Estados Unidos hubiera entregado los sistemas de lanzamiento de misiles múltiples (MLRS) que había prometido. El presidente Joe Biden anunció ayer que no enviaría esta arma porque tiene un alcance de hasta 200 kilómetros y esto le daría a Ucrania la posibilidad de atacar posiciones más allá de las fronteras. “No vamos a enviar a Ucrania sistemas de cohetes que puedan atacar a Rusia”, dijo Biden a los periodistas acreditados en la Casa Blanca después de pasar el fin de semana largo en su casa particular de Delaware. Aseguró que llegarán otros sistemas de lanza cohetes y misiles, pero de menor alcance.

El prurito que está teniendo Washington para asistir a Ucrania para no facilitar ninguna arma “ofensiva” y asegurarse que sólo ayuda en la “defensa”, no detiene Vladimir Putin que está acumulando del otro lado de la frontera, allí a unos 200 kilómetros de Sievierodonetsk, un gran número de tropas y armas adicionales en la región de Kursk. El medio independiente ruso Meduza informó, citando al gobernador regional Roman Starovoit, que estaba concentrándose en esa zona “una poderosa fuerza de artillería para terminar de conquistar el Donbás”.

Soldados rusos avanzan en toda la región del Donbás que es la perla más codiciada por Vladimir Putin. (Reuters)
Soldados rusos avanzan en toda la región del Donbás que es la perla más codiciada por Vladimir Putin. (Reuters)

“La liberación de las regiones de Donetsk y Luhansk, reconocidas por la Federación Rusa como estados independientes, es una prioridad incondicional”, aseguró el veterano canciller ruso, Sergei Lavrov.

En tanto, en el centro histórico de Severodonetsk la situación humanitaria es desesperante. “Es la nueva Mariupol”, dijo Jan Egeland, del Consejo Noruego para los Refugiados en referencia a la ciudad tomada por los rusos después de casi tres meses de bombardeos. “Me rompe el corazón”, comentó Egeland en una entrevista con el New York Times. “Es realmente una guerra contra los ancianos. Ellos son los que quedaron ahí”. Y pidió un alto el fuego humanitario para permitir las evacuaciones y el reabastecimiento de ayuda.

Las fuerzas ucranianas interrumpieron el lunes los intentos de evacuación de civiles por una carretera que conduce a la ciudad de Bakhmut, después de que el periodista francés Frédéric Leclerc-Imhoff, de la cadena BFMTV, muriera cuando el autobús blindado en el que viajaba fue alcanzado por la metralla de un proyectil ruso.

Un residente local camina junto a un edificio destruido por un ataque militar ruso, mientras continúa el ataque de Rusia a Ucrania, en la ciudad de Bakhmut, en la región de Donetsk, Ucrania. REUTERS/Serhii Nuzhnenko
Un residente local camina junto a un edificio destruido por un ataque militar ruso, mientras continúa el ataque de Rusia a Ucrania, en la ciudad de Bakhmut, en la región de Donetsk, Ucrania. REUTERS/Serhii Nuzhnenko

Según el análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Rusia ganó ventaja en su esfuerzo por tomar la ciudad al concentrar sus fuerzas en la región. De este modo, puede estar empezando a corregir un error cometido al inicio de la invasión en febrero, cuando la dispersión de sus fuerzas por todo el país contribuyó a que Moscú no lograra tomar Kyiv ni la segunda ciudad más grande del país, Kharkiv.

“El Kremlin ha considerado que no puede permitirse el lujo de perder tiempo y que debe aprovechar la última oportunidad para ampliar el territorio controlado por los separatistas, ya que la llegada de armas occidentales a Ucrania podría hacerlo imposible”, comentó el analista militar ucraniano Oleh Zhdanov, citado por The Associated Press.

En el terreno, en la realidad de los seres humanos que se encuentran en el medio de los combates, los cálculos de tiempo se miden en términos de supervivencia. Esto es lo que está sucediendo en Sievierodonetsk según el alcalde Oleksandr Striuk: “Los civiles están muriendo por ataques directos de la metralla de los soldados, por heridas de fragmentación y bajo los escombros de los edificios destruidos, ya que la mayoría de los habitantes se esconden en sótanos y refugios”. La electricidad está cortada y la gente necesita agua, alimentos y medicinas, dijo el alcalde: “Hay víveres para varios días más, pero la cuestión es cómo distribuirlos”.

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