El Consejo de Ministros de China se reunió de emergencia el miércoles pasado con presencia de más de 100.000 participantes, según medios de comunicación estatales, en la que los máximos dirigentes instaron a tomar nuevas medidas para estabilizar una economía golpeada por las estrictas restricciones contra el COVID-19.
A la videoconferencia asistieron funcionarios de todas las provincias, ciudades y consejos, según el diario gubernamental Global Times. También se hizo presente el primer ministro, Li Keqiang, quien pidió tomar medidas para mantener el empleo y reducir el paro.
China se ha visto afectada en varios sectores desde que se extendió la nueva ola de COVID en marzo, lo que provocó cierres de actividades en muchas ciudades importantes, sobre todo en Shanghái, donde los residentes no podían salir de sus casas o barrios durante un mes y medio.
Li dijo que, en algunos aspectos, el impacto económico observado en marzo y abril ha superado al de 2020 durante el brote inicial del coronavirus, de acuerdo Global Times. Ejemplificó con varios indicadores, como las tasas de desempleo, la disminución de la producción industrial y el transporte de mercancías.
En las últimas semanas, el primer ministro se mostró cada vez más firme respecto a la recesión económica. A principios de mayo calificó la situación de “compleja y grave”.
Las principales casas de inversión están recortando sus previsiones para el yuan por segunda vez en sólo tres semanas, ya que las recientes y bruscas caídas de la divisa china han hecho mella en sus revisiones anteriores, sorprendiendo a muchos.
El triple impacto de la ralentización del crecimiento, las perturbaciones económicas relacionadas con el COVID-19 y el agresivo endurecimiento de la Reserva Federal de Estados Unidos ha ejercido una fuerte presión a la baja sobre el yuan, mientras que las autoridades chinas parecen mantenerse al margen para dejar que su moneda, fuertemente controlada siga cayendo.
China espera un crecimiento de alrededor del 5,5% este año. El año pasado registró un crecimiento del 8,1% y del 2,3% en 2020, el ritmo más lento en décadas.
La multitudinaria reunión de emergencia tuvo lugar después de otra del Consejo de Estado, en la que las autoridades dieron a conocer 33 nuevas medidas económicas, entre ellas el aumento de las devoluciones de impuestos, la ampliación de los préstamos a las pequeñas empresas y la concesión de préstamos de emergencia a la industria de la aviación, según el medio gubernamental Xinhua.
Las mismas también incluyen el levantamiento de las restricciones a los camiones que viajan desde zonas de bajo riesgo de COVID.
En la reunión, Li urgió a los departamentos gubernamentales a aplicar esas 33 medidas antes de finales de mayo.
Quizás el detalle más revelador de la gigantesca reunión de Li fue quién no se presentó. Los máximos responsables del Partido Comunista de muchas ciudades estuvieron ausentes porque tenían que centrarse en asegurar el control de Covid, dijo una de las personas, y añadió que eso indicaba que el trabajo sobre la pandemia seguía estando por encima de la economía. La asistencia de los jefes del partido no era obligatoria.
Aunque Li no criticó la política de Covid Cero ni sugirió un cambio de la misma, mostró una frustración “palpable” por la lentitud con la que los gobiernos locales estaban promulgando las medidas de estímulo aprobadas en los últimos meses, según Trey McArver, cofundador de la firma de investigación Trivium China.
“Se le está colocando en la posición imposible de tratar de rescatar la economía sin poder ajustar la única política -Covid cero- que está causando el mayor daño económico”, dijo McArver, refiriéndose a Li.
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