Luego de acaloradas discusiones durante el domingo, desde este lunes los Veintisiete miembros de la Unión Europea intentarán encontrar un acuerdo sobre el componente petrolero de su sexto paquete de sanciones contra Rusia. Con la mira puesta en la crisis desatada por la invasión rusa a Ucrania, y las complejas consecuencias que arrastra esta guerra, también quieren desbloquear la exportación de cereales producidos en el país en guerra.
El contexto de tensiones, que envuelve a este nuevo encuentro, fue visible durante conversaciones previas el domingo: Hungría, Eslovaquia y Republica Checa quieren mantener el bloqueo a las sanciones, invocando su enorme dependencia del petróleo ruso.
Sin embargo, desde hace semanas, una posición del bloque uniforme viene siendo cada vez un objetivo mas difícil de alcanzar. Los Veintisiete, que buscan mostrar acciones acordadas de manera unánime, no pueden disimular las crecientes grietas, cada vez más notorias en torno a las sanciones y la solución al conflicto. El grupo esta separado entre aquellos que ahora piensan en una salida negociada, que incluye un acuerdo de paz con Vladimir Putin y otro grupo que cree que es imposible sellar una acuerdo con Moscú.
En ese marco, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, recibe este lunes en Bruselas a los Jefes de Estado y de Gobierno. La convocatoria será para la tarde europea para una cumbre extraordinaria dedicada a Ucrania, defensa, seguridad alimentaria y energía. Un nuevo paquete de sanciones europeas contra Rusia, el sexto, propuesto por la Comisión hace cuatro semanas y aún no acordado, no está oficialmente en la agenda aunque es el tema convocante.
Más allá de un paquete de sanciones, que esta costando acordar, frente a la celeridad con la que se arribó a los cinco anteriores, el cuarto mes de la guerra en Ucrania trae aparejado otro debate interno, y cada vez más ruidoso. La unidad política de la Unión Europea empieza a mostrar fisuras. Además de los países reacios al bloqueo de petróleo, la idea de la efectividad del envío de armas como salida única para superar el conflicto comienza a ponerse en duda.
Hace días, Italia ha presentado un borrador de un acuerdo de paz. El gobierno del primer ministro Mario Draghi se ha anticipado entre los que apoyan una tregua a la guerra que posibilite negociaciones entre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y el ruso, Vladímir Putin. A tres bandas, Draghi, pero tambien el presidente francés, Emmanuel Macron, como el canciller alemán, Olaf Scholz, han intensificado sus conversaciones, y contactos diplomáticos con Moscú, en esa misma línea. Los llamados telefónicos han vuelto a ser intensos.
El portavoz del presidente de Ucrania, Sergiy Nikiforov, esta mañana tambien dio una pista: “El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, evaluará la propuesta de mantener conversaciones telefónicas a tres bandas con los líderes de Rusia y Turquía, Vladimir Putin y Tayyip Erdogan, si el presidente de Rusia Federación está lista para participar”
El marco de la cumbre será nuevamente escenario para el jefe de Estado ucraniano. Zelensky, se dirigirá a los jefes de Estado y de Gobierno el lunes por videoconferencia, quien volverá a reclamar la unidad europea y el suministro de armas pesadas.
Diplomáticos de los países miembros se reunieron el domingo, toda la tarde y hasta la noche, para tratar de llegar a un acuerdo. La llave seria que la Unión Europea renuncie un aprobacion completa al embargo del petróleo ruso y se disponga por limitar solo el ingreso por barco. Esta decisión permitiría a países como Hungría mantener el suministro a través del oleoducto ruso de Druzhba, posibilidad que tambien busca Eslovaquia y República Checa.
Si bien existe “voluntad de éxito”, indica los funcionarios reunidos, esta medida inquieta a varios estados miembros ya que daría una ventaja competitiva a los países que todavía se abastecen de petróleo ruso barato, en especial si Hungria, Eslovaquia y Republica Checa, exportan parte del petróleo que llega vía oleoducto desde Rusia.
No menos importante, la urgencia es resolver el movimiento de granos desde los puertos bloqueados por rusia en en Mar de Azov y Mar Negro. Lo Veintisiete tienen muy en claro la situación “apocalíptica”, como la describió el Banco de Inglaterra, si persisten los problemas de suministro de cereales. Los riesgos de hambruna no son sólo una advertencia. Las reservas en silos se calculan para los próximos dos meses, según la ONU.
La cumbre debe encontrar una manera de sacar los granos, para evitar el robo ruso o que simplemente se pudran. No solo para Europa, sino para el mundo, hay que garantizar el abastecimiento al Magreb y África subsahariana, quienes pueden multiplicar su falta de alimentos si esto no ocurre. Pero a la vez, hay que dar seguridad para acopiar granos en los silos de almacenamiento para la cosecha de 2022.
Una de las soluciones, apoyada por Estados Unidos y pocos países europeos, sería enviarlos por el Báltico, pero usando un canal complejo: Bielorrusia, un pais satélite de Rusia. Trasladar los cereales via carga ferroviaria ha sido un intento, aunque muy complejo y con pocas probabilidades de realizarse de manera segura en los próximos envíos. Otra propuesta, es escoltar a barcos cargueros con buques de las fuerzas que integran la OTAN, lo que seria tambien una participación de los aliados directamente en el conflicto.
SEGUIR LEYENDO: