Ucrania aseguró que no aceptará ningún acuerdo de alto el fuego que implique la entrega de territorio a Rusia, mientras las tropas de Vladimir Putin intensifican su ataque en la región oriental de Donbás.
“La guerra debe terminar con la completa restauración de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”, afirmó el jefe de gabinete presidencial, Andriy Yermak, en un mensaje de Twitter.
El presidente polaco, Andrzej Duda, dijo en el Parlamento ucraniano que ceder incluso “una pulgada” del territorio del país sería un golpe para todo Occidente y garantizó a Kiev el firme respaldo de Varsovia a su candidatura de adhesión a la Unión Europea.
“Han aparecido voces preocupantes que dicen que Ucrania debe ceder a las exigencias de Putin”, manifestó Duda, el primer líder extranjero que se dirige a los legisladores ucranianos en persona desde la invasión rusa del 24 de febrero.
“Sólo Ucrania tiene derecho a decidir sobre su futuro”, agregó.
En esa línea se pronunció este sábado, en declaraciones a la agencia Reuters, el principal negociador de Ucrania, Mykhailo Podolyak, quien descartó un alto el fuego o cualquier acuerdo con Moscú que implique ceder territorio. “Hacer concesiones sería contraproducente porque Rusia devolvería el golpe con más fuerza tras cualquier pausa en los combates”.
“La guerra no se detendrá. Sólo se pondrá en pausa durante algún tiempo”, dijo Podolyak en una entrevista en la oficina presidencial fuertemente custodiada. “Comenzarán una nueva ofensiva, aún más sangrienta y a gran escala”.
Recientemente, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, y el primer ministro italiano, Mario Draghi, llamaron a un alto el fuego inmediato.
Rusia está llevando a cabo una gran ofensiva en Lugansk, una de las dos provincias de Donbás, tras haber puesto fin a las semanas de resistencia de los últimos combatientes ucranianos en el estratégico puerto de Mariupol, en el sureste del país.
Los separatistas apoyados por Rusia ya controlaban partes de Lugansk y de la vecina provincia de Donetsk antes de la invasión, pero Moscú quiere apoderarse del territorio restante de la región, que está en manos de Ucrania.
En la línea del frente de Donetsk, las fuerzas rusas trataban de romper las defensas ucranianas para llegar a las fronteras administrativas de la región de Lugansk, mientras que más al norte continuaban intensos bombardeos sobre Sievierodonetsk y Lysychansk, indicó el jefe del Estado Mayor de Ucrania en su actualización diaria del domingo.
Sievierodonetsk y su gemela Lysychansk, al otro lado del río Seversky Donets, forman la parte oriental de una sector ucraniano que Rusia intenta invadir desde mediados de abril, tras fracasar en su intento de capturar Kiev y desplazar su atención hacia el este y el sur del país.
El Ministerio de Defensa británico señaló este domingo que Rusia estaba desplegando sus vehículos de apoyo de tanques BMP-T “Terminator” en esa ofensiva. Sin embargo, con sólo 10 disponibles para una unidad que ya sufrió grandes pérdidas en el fallido intento de asalto a Kiev, el ministerio apuntó que era “poco probable que tuvieran un impacto significativo”.
El fin de los combates en Mariupol, la mayor ciudad capturada por Rusia, da al presidente ruso Vladimir Putin una rara victoria tras una serie de reveses en casi tres meses de combate.
Las últimas fuerzas ucranianas atrincheradas en la vasta planta siderúrgica de Mariupol se han rendido, informó el viernes el Ministerio de Defensa ruso.
Si bien Ucrania no ha confirmado que todas sus fuerzas se hayan marchado, el comandante del regimiento Azov, una de las unidades en la fábrica, dijo en un video que el mando militar ucraniano había ordenado que se retiraran para preservar sus vidas.
El control total de Mariupol da a Rusia el mando de una ruta terrestre que une la península de Crimea, de la que Moscú se apoderó en 2014, con la Rusia continental y partes del este de Ucrania en manos de los separatistas prorrusos.
La compañía estatal rusa de gas Gazprom anunció el sábado que había detenido las exportaciones de gas a Finlandia, que ha rechazado las demandas de Moscú de pagar en rublos después de que los países occidentales impusieron sanciones por la invasión.
Finlandia, por su parte, dijo que estaba preparada para el corte de los flujos rusos. El miércoles solicitó, junto con su vecino nórdico, Suecia, el ingreso en la alianza militar de la OTAN, aunque se enfrenta a la resistencia de Turquía.
La mayoría de los contratos de suministro europeos están en euros o dólares. El mes pasado, Moscú cortó el suministro de gas a Bulgaria y Polonia tras rechazar las nuevas condiciones.
Los países occidentales también han aumentado el suministro de armas a Ucrania. El sábado, Kiev recibió otro gran impulso cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó un proyecto de ley para proporcionar casi 40.000 millones de dólares en ayuda militar, económica y humanitaria.
Moscú dice que las sanciones occidentales, junto con los suministros de armas para Kiev, equivalen a una “guerra por delegación” de Estados Unidos y sus aliados.
Putin califica la invasión de “operación militar especial” para desarmar a Ucrania y librarla de los nacionalistas radicales anti rusos. Ucrania y sus aliados lo han rechazado como un pretexto sin fundamento para la guerra, que ha matado a miles de personas en Ucrania, ha desplazado a millones y ha destrozado ciudades.
Con información de Reuters
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