“Ante los persistentes rumores de que el hombre fuerte de Rusia está gravemente enfermo, un método para hacer avanzar las cosas sin necesidad de un golpe de Estado violento sería internarlo en un hospital de larga duración para enfermos incurables, sugirió este domingo Richard Dearlove, ex jefe del servicio de inteligencia británico, el MI6.
“Creo que se irá en 2023, pero probablemente al sanatorio, del que no saldrá como líder de Rusia”, vaticinó en su podcast One Decision.
El ex jefe del Servicio de Inteligencia Secreto británico, sin embargo, aclaró: “No digo que no vaya a salir del sanatorio, sino que no saldrá como líder de Rusia”. Para el ex líder del MI6 , “esa es una forma de hacer avanzar las cosas sin un golpe de estado.
En abril pasado se informó de que Putin padecía un cáncer de tiroides y era seguido las 24 horas del día por un médico especialista. El descubrimiento, realizado por el medio de investigación Project, bloqueado en Rusia y que ahora funciona desde el extranjero, respalda las recientes teorías de que Putin lanzó la ofensiva en Ucrania sin informarle al pueblo ruso de su verdadero estado de salud.
Una de las versiones es que ha sido tratado con esteroides, lo que le ha provocado un aspecto hinchado en la cara y el cuello.
Los rumores crecieron ayer con la declaración del cineasta Oliver Stone, que pasó años siguiendo al ruso y que incluso filmó un documental con él en el Kremlin y en su residencia personal. “El Señor Putin ha tenido este cáncer y creo que lo ha superado”, dijo el director al entrevistador Lex Fridman en su podcast.
Dearlove señaló a Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y uno de los “siloviki” -oficiales de seguridad- favoritos de Putin, como el probable sustituto en caso de que Putin sea trasladado a una institución médica. “En este caso, el sustituto probablemente sea permanente. No hay un plan de sucesión en el liderazgo ruso”, afirmó.
“Estamos llegando al final de este régimen en Rusia, pero eso no significa que Putin vaya a desaparecer… Lo que digo es que en el próximo año, en 18 meses o algo así, va a caer”, especuló. “No hay duda de que la operación en Ucrania es una catástrofe”, añadió.
Dearlove explicó que la situación en Rusia será insostenible: “La economía es un desastre, las sanciones van a empezar a hacer mella en los próximos tres o seis meses, habrá una inflación muy alta y, además, militarmente es un completo fiasco”.
Además de los informes sobre el cáncer, se especula con la posibilidad de que Putin sufra de Parkinson, ya que ha sido filmado en una reunión con otros líderes mundiales sacudiendo las manos y los pies de forma incontrolada.
Ayer, otro ex espía del MI6, Christopher Steele, afirmó que Putin está perdiendo el control del poder debido a su maltrecho estado de salud y que está dejando al Kremlin en una situación de “creciente desorden y caos” a medida que avanza la ofensiva en Ucrania.
Steele, que operó en Rusia como agente del MI6, dijo que Putin tiene que hacer pausas periódicas para recibir tratamientos médicos y que efectivamente “no hay un liderazgo político claro” en Moscú.
Se ha observado que Putin ha reaccionado a la pandemia de Covid con una paranoia extrema, situando a los líderes mundiales con los que se reúne a grandes distancias de él y evitando situaciones públicas. Los medios que informaron sobre la salud del ruso aseguran que su grave estado explicaría este comportamiento, ya que correría un grave riesgo si se contagiara de Covid.
Oliver Stone también habló del aislamiento del ruso pero hizo una lectura distinta, especuló que Putin pudo haber juzgado mal el escenario en Ucrania porque “quizá perdió el contacto con la gente”: “Se podría pensar que no estaba bien informado sobre el grado de cooperación que obtendría en Ucrania… Ese sería un factor, que no evaluó la situación correctamente”.
También podría ser que su “aislamiento de la actividad normal” y el hecho de que ya no se reuniera con la gente “cara a cara” debido a la preocupación por la salud en relación con el Covid, pudieran haber conducido a errores, agregó Stone.
La salud de Vladimir Putin se trata con total hermetismo en Moscú, pero en las últimas semanas, tras la brutal invasión a Ucrania, comenzaron a multiplicarse los informes clasificados sobre su verdadero estado. De hecho, los reportes sobre el agravamiento de su salud se han avivado en medio de su escasa presencia mediática durante el desarrollo de la invasión de las tropas rusas en Ucrania y lo que algunos especialistas consideran como señales evidentes detectadas durante sus escasas apariciones publicas.
A mediados del mes de abril el mandatario fue visto tratando de controlar un temblor en su mano derecha durante un encuentro con el dictador bielorruso, Alexander Lukashenko. Y el pasado fin de semana Putin fue visto fijando también su mano derecha al borde de una mesa, lo cual es considerado como un intento de ocultar los temblores que genera la enfermedad neurodegenerativa.
En el video, en el que el mandatario sostiene un encuentro con el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, también se aprecia lo que algunos especialistas consideran como el síntoma de las piernas inquietas, propio de la evolución del Parkinson.
El centro de Investigaciones Lansing documentó imágenes del presidente dando discursos que “lo muestran con el brazo derecho descansando casualmente sobre un atril, con el izquierdo recto a un lado”.
Según la investigación adelantada por el instituto, los síntomas visibles de la enfermedad indican que en este momento se encuentra en etapa tres. “La demencia progresiva es típica de la quinta etapa. La capacidad de moverse por sí mismo, generalmente perdida en la cuarta etapa, se conserva debido a la medicación excesiva, lo que probablemente afecta la salud mental del paciente”, señala el reporte.
En marzo de este año, un reporte de inteligencia de la agencia Five Eyes aseguró que los medicamentos contra el cáncer que toma Putin afectan su estado mental. Creen que su cara y cuello hinchados podrían ser un efecto secundario del uso prolongado de esteroides.
De acuerdo con la investigación del centro Lansing, el mandatario ruso ha sido tratado por varios médicos desde el año 2019. Incluso algunos de ellos lo han acompañado en sus viajes.
Lansing precisó que en la lista de especialistas figuran un oncólogo especializado en cáncer de tiroides, neurocirujanos, un especialista en lesiones de la médula espinal y un especialista en patologías de la columna vertebral, la médula espinal y tumores.
Sobre este último dato coincidió el Washington Examiner, medio que aseguró que el presidente ruso “recibió en secreto visitas de un médico especializado en cáncer de tiroides 35 veces durante cuatro años, y pasaron 166 días en presencia del otro”.
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