El Spiderman de Sudán, el activista enmascarado que se convirtió en símbolo de la resistencia contra el régimen militar

Desde que estallaron las protestas en octubre pasado, cuando los militares derrocaron a un gobierno de transición civil, este súper héroe de la vida real se enfundó las mallas del arácnido para recuperar la revolución que los golpistas le robaron al pueblo y liberar a su país

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El "Spiderman de Sudán" es
El "Spiderman de Sudán" es un joven activista que se ha transformado en un símbolo de resistencia para su país.

“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, es el lema de Spiderman, uno de los superhéroes más queridos del mundo. Palabras que simbolizan el sentido del deber que Peter Parker adquirió luego de obtener sus superpoderes. Lo curioso, es que la frase pronunciada por su “tío Ben”, era una enseñanza que precedía esos poderes. Habla sobre todo del “gran poder” que tenemos todos, como personas normales, para cambiar el mundo, para mejorar la sociedad.

En Sudán hay un hombre que entendió el poder que conlleva esa gran responsabilidad, y que se enfundó el traje del arácnido para convertirse en un símbolo de resistencia, libertad y lucha para su pueblo, que lleva años volcado a las calles del país protestando para derrocar una dictadura, y para que no se roben su revolución.

En octubre de 2021 los militares dieron un golpe de Estado en Sudán, derrocando a un gobierno de transición civil que había llegado al poder tras la caída de un régimen dictatorial que llevaba gobernando por más de 30 años y estaba encabezado por Omar al-Bashir.

“No nos robarán nuestra revolución”, dice el “Spiderman de Sudán”, quien participó junto a cientos de miles de personas en las revueltas de 2019 y que desde octubre pasado regresó a las calles para convertirse en un símbolo de resistencia.

"Spidey", como le dicen los
"Spidey", como le dicen los manifestantes, enarbola una bandera de Sudán en medio de una protesta. Foto: The Guardian

Hace dos años, cuando luchaban para derrochar al dictador, “Spidey” perdió a su mejor amigo a manos de las fuerzas represivas del Estado, las cuales han sido acusadas de violar los derechos humanos de los manifestantes, agredir sexualmente a mujeres y perseguir activistas.

Fue en honor a él que decidió enfundarse el traje. Un colorido disfraz azul y rojo, con unos ojos cada vez más roídos y desgastados, que cuando aparece en una manifestación le da energía a los ciudadanos, quienes lo reciben con elogios y vítores al “superhéroe” de la vida real que ha decidido acompañar su causa.

“Spidey” es uno de los más activos en las protestas. Suele estar en la primera línea de fuego, repeliendo los gases lacrimógenos, poniéndole el pecho a los cañonazos de agua, ayudando a construir barricadas improvisadas y muchas veces, esquivando balas reales.

“Los militares y los partidos contrarrevolucionarios robaron la revolución de Sudán. Son como el gobierno anterior de 30 años: no hay diferencia entre ellos y el partido del Congreso Nacional de Bashir”, dice Spidey. “Son dictadores y solo quieren control”.

Spiderman ha adoptado la tarea
Spiderman ha adoptado la tarea de ser un símbolo en la lucha por la libertad de su país.

Su historia salió a la luz gracias a las redes sociales, que lo han convertido en un símbolo de la resistencia sudanesa al golpe militar, pero también a un documental recientemente publicado por The Guardian en el que habla de sus motivaciones.

Bashir y el principio de la revolución

El expresidente sudanés llegó al poder en 1989 producto de un golpe de Estado, siguiendo la tradición de sus vecinos africanos. Durante tres décadas gobernó con puño de hierro, en un mandato que estuvo claramente definido por la guerra y que ha sido uno de los más largos de la historia.

Sudán bajo Bashir era el país más grande de África, pero enfrentó una rebelión de las provincias del sur que por años dejaron centenares de muertos, 21 años de guerra civil que terminaron en 2011 con la separación de Sudán del Sur.

Spiderman de Sudán en medio
Spiderman de Sudán en medio de una protesta.

Bashir trató de poner fin al conflicto muchas veces, primero con fuertes represiones, luego con un acuerdo político en 2005 que buscaba pacificar el país. Pero a partir de ahí la rebelión se concentró en la región occidental de Darfur y la respuesta del gobierno fue con una violencia desbordada.

Entre 2009 y 2010 se emitieron dos órdenes de arresto internacional en su contra emitidas por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad, incluidos el genocidio, el asesinato, toruturas, violaciones, saqueos, ataques a civiles, y un largo etcétera más.

La condena internacional comenzó a volver insostenible el gobierno, y aunque tanto en 2010 como en 2015 ganó nuevamente las elecciones, esa última victoria estuvo enmarcada en un boicot político generalizado de todas las fuerzas opositoras del país.

Para diciembre de 2018 las tensiones en Sudán estaban en su punto máximo y se terminaron de desbordar luego de que el gobierno de Bashir anunciara incrementos en los precios del combustible y el pan.

Desde entonces la oleada de protestas se tomó todo el país, y los ciudadanos comenzaron a enarbolar las banderas de una “revolución”.

Spiderman suele estar en la
Spiderman suele estar en la primera línea, devolviendo lacrimógenos y repeliendo a las fuerzas de seguridad del Estado.

Nuestro héroe estuvo ahí, aunque sin máscara, y vivió en carne propia tanto el anhelo de libertad del pueblo, la esperanza de un nuevo país, como la terrible represión de la que fueron víctimas y en la que murieron decenas de manifestantes, incluido su mejor amigo.

El 11 abril de 2019 el gobierno de Bashir cayó, y el presidente fue arrestado. En su lugar un gobierno de transición civil fue instaurado y Abdallah Hamdok asumió como primer ministro provisional, prometiendo convocar elecciones en dos años, para con esto dar la transición definitiva hacia la democracia.

Golpe de Estado y el nacimiento de un héroe

De pequeño nuestro Spiderman escuchó un relato que lo dejó fascinado, era una historia de una araña que protegió al profeta Muhammed y a su compañero, tejiendo una telaraña en la boca de una cueva en la que se escondía, protegiéndolos para que los enemigos que pasaban no pudieran mirar hacia adentro y encontrarlos.

La historia resonó en Spidey cuando estallaron nuevamente las protestas, tras dos años esperanzado por un cambio, y en respuesta a la toma del poder por los militares que derrocaron a Hamdok e hicieron huir a sus aliados.

Spiderman herido durante una protesta.
Spiderman herido durante una protesta.

Pensó que si hubiera estado protegido antes, tal vez su amigo no habría muerto, y pensó que él como un ciudadano más no solo se exponía también a morir, sino que esa muerte podría ser trascendental.

“La noche llega y la noche se va, todos los días son así”, dice Spidey. “Con la voluntad de Dios, todavía salimos. Hasta el día de hoy seguimos tratando de liberar el país pero no tenemos miedo. El pueblo de Sudán, todos ellos, seguirán enfrentándose a las fuerzas de seguridad y sus balas”.

Desde que estallaron nuevamente las manifestaciones el Comité Central de Médicos Sudaneses ha contado por lo menos 95 muertos, y varias organizaciones de derechos humanos han denunciado un creciente uso de escopetas contra la multitud por parte de las fuerzas de seguridad, lo que ha elevado el número de víctimas. En regiones como Darfur, donde el conflicto con el gobierno viene desde hace décadas, las cifras de muertos se cuentan en centenares, con picos de violencia como el de finales de abril, donde murieron 235 personas en tan solo 4 días.

"No nos robarán nuestra revolución",
"No nos robarán nuestra revolución", dice el Spiderman sudanés.

En el documental, Spiderman y otros líderes activistas son mostrados durante un reunión secreta de un comité de resistencia que coordina acciones localizadas en el país, ahí él y sus compañeros dejaron dos cosas claras: estaban unidos como sudaneses en el propósito de derrocar a los golpistas sin importar la violencia utilizada contra ellos; y era necesario un apoyo más decidido de la comunidad internacional en su causa.

Las protestas no parecen detenerse y aunque los esfuerzos internacionales se han centrado en llevar a las partes a una mesa de diálogos las facciones más rebeldes de los manifestantes repiten la consigna de los tres “no” que han adoptado durante las protestas: no hay legitimidad, no hay negociación y no hay asociación.

Mirando hacia el futuro

En un momento álgido del documental, Spiderman recibe la llamada de lo que se interpreta es un amigo o un familiar. Está acostado en su cama, sin disfraz, pero hasta ese momento no hemos visto el rostro de nuestro héroe y tampoco sabemos su nombre, por motivos de seguridad.

Su interlocutor lo cuestiona, le dice que es una locura lo que hace, que se va a morir, y que debe dejar el disfraz de Spiderman atrás. Pero “Spidey” contesta que no se detendrá, que se siente empoderado cuando se pone la máscara, y que le lleva energía a la gente en las calles, una gente que está manifestándose por todos los sudaneses y él no puede dejarlos solos.

Las personas de Sudán están
Las personas de Sudán están encantadas con su "superhéroe" el cual defienden y aclaman durante las manifestaciones.

Ese deseo de un Sudán mejor es la principal motivación detrás del traje, y no solo se manifiesta en su rol en las protestas. Nuestro héroe sin nombre es un autodenominado “científico autodidacta” que utiliza “lo poco” que ha aprendido de ciencia para enseñar a las futuras generaciones.

“Spidey” dirige un programa enfocado en niños, enseñándoles a investigar, a desarrollar sus habilidades y a vivir en libertad. Es ahí donde dice, yace el futuro de su país, y de una nueva generación que espera no tenga que vivir bajo el yugo de genocidas y dictadores.

Este es el rostro de
Este es el rostro de "Spiderman", quien no revela su nombre por seguridad. Foto: The Guardian.

Finalmente, vemos el rostro de nuestro Spiderman, un rostro aún sin nombre, que podría ser el de cualquier sudanés, como los cientos de miles que salen a diario a manifestarse en todo el país. Ese es el poder y la responsabilidad de los símbolos.

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