El primer soldado juzgado en Ucrania por crímenes de guerra pidió “perdón” este jueves ante un tribunal de Kiev al detallar cómo mató a un civil al inicio de la invasión rusa, un hecho por el que la fiscalía ucraniana pidió la prisión perpetua.
El sargento ruso Vadim Shishimarin, de 21 años, se declaró culpable ayer, el primer día del juicio. Este jueves, contó ante el tribunal que disparó al hombre cuando él y varios otros soldados rusos se retiraban cerca del pueblo de Chupakhivka, en la región de Sumy, e intentaban reunirse con sus unidades en Rusia.
Los soldados encontraron un coche civil, un Volkswagen, que secuestraron.
“Queríamos llegar adonde estaba nuestro ejército y volver a Rusia”, explicó Shishimarin. “En el camino, mientras conducíamos, vimos a un hombre. Estaba hablando por teléfono y dijo que nos entregaría”, prosiguió.
Shishimarin detalló que otro soldado ruso que viajaba en el mismo coche -que según él no era su comandante y al que llamó un soldado “desconocido”-, le dijo que disparara.
“Empezó a decir en tono contundente que debía disparar”, declaró ante el tribunal. “Me dijo que si no lo hacía podría ser peligroso. Le disparé a corta distancia y lo maté”, confesó.
Shishimarin dijo que disparó una ráfaga corta y no vio el cuerpo. Después de eso, el soldado desconocido comenzó a consolar a Shishimarin para que no se preocupara.
“No quería matarlo. Disparé para alejarme”, dijo Shishimarin.
El soldado, de aspecto juvenil y vestido con una capucha gris y azul, miraba hacia el suelo con la cabeza apoyada en la caja de cristal de la defensa donde se encontraba mientras la viuda de la víctima, Katerina Shelipova, declaraba sobre la muerte de su marido.
Según Shelipova, en la mañana del 28 de febrero, su marido Aleksandr Shelipov “fue a ver el cráter”. En ese momento oyó un disparo, abrió la puerta de su casa y vio un coche de pasajeros con Shishimarin con un arma automática en la ventana trasera.
Luego se escondió y esperó a que el coche se alejara. Entonces abrió de nuevo la puerta y vio a su marido, que ya estaba muerto. Afirmó que su marido llevaba ropa de civil en ese momento.
“Corrí hacia mi esposo, ya estaba muerto. Disparo en la cabeza. Grité, grité tanto”, dijo.
Shelipova declaró que quería que el soldado ruso fuera condenado a cadena perpetua. Pero también dijo que no se opondría a que lo intercambiaran por militares ucranianos que resistieron en la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariupol.
“¿Por qué has venido? ¿A defenderme de quién? ¿Me defendiste de mi marido, al que mataste?”, lo increpó la mujer.
Vadim Shishimarin se volvió hacia Shelipova: “Sé que no podrá perdonarme, pero de todos modos pido perdón”, le dijo.
La fiscalía ucraniana pidió la prisión perpetua, la pena máxima.
Se espera que otros soldados rusos sean juzgados pronto en Ucrania, ya que Kiev afirma haber abierto miles de casos de crímenes de guerra desde que Moscú lanzó su invasión el 24 de febrero.
Un proceso sin precedentes
A principios de mayo, las autoridades ucranianas anunciaron su arresto sin dar detalles junto a un video en el que Shishimarin, originario de Irkutsk en Siberia, decía que había ido a combatir a Ucrania para “respaldar financieramente a su madre”.
La fiscal general ucraniana Iryna Venediktova subrayó en una serie de mensajes en Twitter la importancia del caso para su país. “Hemos abierto más de 11.000 investigaciones por crímenes de guerra y detenido a 40 sospechosos”, escribió.
A la espera de que lleguen ante los tribunales, “con este primer juicio, enviamos una señal clara: ningún verdugo, ninguna persona que haya ordenado o ayudado a cometer crímenes en Ucrania va a escapar de la justicia”, dijo.
Las autoridades ucranianas no quieren perder el tiempo y este jueves otros dos militares rusos empezarán a ser juzgados por disparar proyectiles contra infraestructuras civiles en la región nororiental de Kharkiv, la segunda ciudad del país.
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